Por CLAUDIA TORRENS
NUEVA YORK
Agencia AP
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, volvió a ser blanco de ataques de fiscales estadounidenses que le señalan por estar involucrado en el narcotráfico. En un juicio en Nueva York dijeron el martes que un contable presenció reuniones entre el mandatario y un supuesto narcotraficante en las que se planeaba tráfico de cocaína a Estados Unidos.
«Planearon enviar la cantidad más grande posible de droga a los Estados Unidos,» dijo el fiscal Jacob Gutwillig en referencia al mandatario y al acusado en el juicio, llamado Geovanny Fuentes-Ramírez.
Gutwillig dijo a los miembros del jurado que el mandatario presuntamente dijo en esas reuniones «meteremos las drogas por las narices de los gringos». Las supuestas reuniones ocurrieron en 2013 y 2014, dijo el fiscal.
El juicio arrancó el lunes en la corte del distrito sur de Nueva York. Fuentes-Ramírez, arrestado en marzo de 2020 en la Florida, enfrenta cargos de tráfico de drogas y posesión de armas.
La artillería de los fiscales, sin embargo, parece muchas veces dirigida al presidente de Honduras, de quien dijeron el martes que ayudó, junto a otros altos funcionarios, a propulsar el negocio de tráfico de drogas de Fuentes-Ramírez.
«Las operaciones de Fuentes-Ramírez prosperaban debido a sus conexiones. Alcaldes, congresistas, generales, policía e incluso el presidente de Honduras», dijo Gutwillig. «El acusado los sobornaba a todos».
Desde hace unos dos años, fiscales estadounidenses y traficantes de drogas ya presos han acusado al mandatario Hernández de recibir fondos de parte de narcos para poder financiar campañas electorales y comprar los votos de diputados para lograr ser presidente del Congreso y más adelante del país.
En las últimas acusaciones de cara al juicio, los fiscales han dicho que el mandatario aceptó sobornos de Fuentes-Ramírez a cambio de proteger su laboratorio de cocaína y que además accedió a que las fuerzas armadas ayudaran al traficante a transportar la droga.
Hernández ha negado las acusaciones de forma repetida y ha dicho que se basan en mentiras hechas por narcos que buscan vengarse de él y reducir sus sentencias en Estados Unidos.
El contable mencionado el martes, a quien el fiscal llamo José Sánchez, manejaba un negocio de arroces a través del cual Fuentes-Ramírez lavaba dinero proveniente de la droga. Sánchez será uno de los testigos en el juicio a Fuentes-Ramírez, dijo el fiscal.
El fiscal destacó la alarma que sintió el contable al ver las reuniones.
«El shock, el miedo que sintió cuando vio al acusado reuniéndose con el presidente», dijo Gutwillig.
Un abogado defensor de Fuentes-Ramírez desacreditó en su discurso de presentación la credibilidad del contable, diciendo que el gobierno estadounidense le beneficiará aprobando su solicitud de asilo a cambio de su testimonio.
«Aparentemente 25 mil dólares es todo lo que se necesita para sobornar al presidente», dijo el abogado Eylan Schulman.
Schulman defendió al presidente, diciendo a los miembros del jurado que el mandatario impulsó la extradición de narcotraficantes hondureños a Estados Unidos.
Los fiscales ya han dicho en el pasado que 25 mil dólares es el soborno que Fuentes-Ramírez pagó al presidente de Honduras.
El primer testigo del juicio fue el agente de la agencia antidrogas estadounidense Brian Fairbanks, a quien los fiscales le preguntaron sobre contenido encontrado en el celular de Fuentes-Ramírez. Éste, por ejemplo, tenía en su celular el número del presidente Hernández y su cuenta de correo electrónico de gmail.
Fairbanks admitió, sin embargo, que no encontró registros de llamadas o mensajes de texto entre Fuentes-Ramírez y el presidente. El celular de Fuentes-Ramírez también tenía fotos de pistolas, rifles y fajos de billetes.
Fairbanks, quien arrestó a Fuentes-Ramírez, también explicó fotografías que mostró la fiscalía al jurado en las que se ve al presidente posando sonriente junto a un hermano de Fuentes-Ramírez. El mandatario también posó con hijos de Fuentes-Ramírez cuando éstos eran pequeños.
Los fiscales mostraron listados con nombres grabados en el celular del acusado que incluían a todo tipo de políticos, policías y altos mandos del ejército.
Asimismo, el agente estadounidense testificó sobre fotografías encontradas en las cuentas de iCloud e Instagram de un hijo de Fuentes-Ramírez llamado Geovanny Gutiérrez. Éstas muestran rifles y pistolas de todo tipo, con mensajes escritos como este: «Lo más lindo que verán hoy».
Uno de los testigos clave del juicio será el exlíder del cartel de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, quien ha admitido haber estado involucrado en la muerte de 78 personas. Los abogados de Fuentes-Ramírez criticaron ayer al gobierno estadounidense por basar sus acusaciones en las confesiones de Rivera Maradiaga.
«Su testimonio les dará nauseas», dijo Schulman, quien ha descrito en el juicio a Fuentes-Ramírez como un buen padre de cuatro hijos que manejaba una empresa de madera y que simplemente tenía armas y guardaespaldas porque Honduras es un país peligroso.
Gutiérrez, el hijo de Fuentes-Ramírez, está casado con una sobrina de Rivera Maradiaga.