BUDAPEST, Hungría
AGENCIA (AP)
La conexión portuguesa de Joao Cancelo y Bernardo Silva se asoció en la elaboración los dos goles con los que el Manchester City doblegó ayer 2-0 al Borussia Mönchengladbach para ponerse a tiro de alcanzar los cuartos de final de la Liga de Campeones por cuarta edición seguida.
El 19no triunfo consecutivo de los punteros de la Liga Premier inglesa nunca estuvo en duda en la ida del cruce de octavos a partir del momento en el que Cancelo, jugando de central, capitalizó un balón suelto y filtró el balón desde la izquierda, para que Silva cabeceara al segundo palo a los 29 minutos.
La misma dupla se hizo presente otra vez a los 65. Cancelo acomodó un centro que llegó a la línea de fondo, donde Silva redireccionó al corazón del área para que el delantero brasileño Gabriel Jesus rematase al fondo.
Fue otro despliegue dominante del equipo de Pep Guardiola, invicto en todas las competiciones en más de tres meses y triunfante en cada compromiso desde mediados de diciembre.
El City prescindió de su enganche Kevin De Bruyne en una noche en la que Cancelo — un versátil zaguero — exhibió la faceta creativa que le ha convertido en uno de los jugadores más fundamentales para Guardiola esta temporada.
Silva lo aprecia también. Ambos han forjado un vínculo sólido desde que jugaban en las inferiores de Benfica.
El ingreso del atacante argentino Sergio Agüero –goleador histórico del club– en el tramo final para disputar sus primeros minutos desde el 3 de enero por una lesión coronó una noche muy positiva para el City, salvo que el margen de victoria debió ser más amplio en una desierta arena Puskas en Budapest.
Se tuvo que jugar en Hungría debido a las restricciones de viajes por la pandemia de coronavirus.
La defensa del City siguió luciendo prácticamente imbatible. El Gladbach no ingresó prácticamente en el área del City sino hasta los 63 minutos, y no hizo un tiro a puerta sino hasta el tercer minuto de descuento.
Pero adelante, faltó precisión, algo que exasperó claramente a Guardiola.
En particular, Jesús tuvo una clarísima a los 54, cuando interceptó un pase hacia atrás pero se hizo un lío con el balón y terminó haciendo un tiro tardío que fue tapado.