Por MARIAM FAM
Agencia AP
Los cristianos de Irak esperan que la vista del Papa Francisco prevista para marzo ayude a la lucha de la comunidad por su supervivencia
Su itinerario incluye la ciudad de Qaraqosh, donde esta semana ondeaban banderas del país y el Vaticano en los postes de luz, algunos de los cuales estaban decorados con fotos del Papa.
La visita de Francisco, su primer viaje al exterior desde la pandemia de coronavirus y la primera al país de un Papa es una señal de que «no estás solo», dijo monseñor Segundo Tejado Muñoz, subsecretario de la oficina del desarrollo del Vaticano. «Hay alguien que piensa en ti, que está contigo. Estas señales son importantes. Muy importantes»
El violento grupo Estado Islámico y la guerra prolongada para expulsar a los milicianos dejaron un tendal de viviendas incendiadas o destruidas en el norte del país. Pero la pérdida mayor fue la humana. Las poblaciones tradicionalmente cristianas de la llanura de Nínive quedaron prácticamente desiertas y, de acuerdo con distintos cálculos, menos de la mitad de los cristianos regresaron.
El Vaticano y el papa han insistido reiteradamente en la necesidad de conservar las antiguas comunidades cristianas de Irak y crear las condiciones de seguridad, económicas y sociales para el regreso de los que se han ido.
Con ese fin, desde hace años la Santa Sede ayuda a coordinar una red de organizaciones no gubernamentales cristianas que bridan en el terreno y en otros países ayuda para la educación, salud y reconstrucción. La ayuda beneficia a los musulmanes tanto como a los cristianos, y se espera que se pueda mantener y reforzar el delicado equilibrio entre las confesiones.
«La gente aspira a un futuro mejor para sus familias, uno no puede detenerlas si su intención es irse a otra parte», dijo Tejado. «Pero al menos tratamos de crear las condiciones para que quieran regresar».