Cualquier acto de corrupción es grave, pero cuando además involucra y pone en riesgo la vida de los ciudadanos la cosa es mucho peor y eso ocurre frecuentemente en el área de salud, especialmente en las compras que desde hace mucho tiempo se vienen amañando con distintos laboratorios que tienen sus especiales arreglos con las autoridades del ramo.
Por ello el caso de las pruebas para detectar contagios de Covid 19, que fueron adulteradas, es un verdadero escándalo que amerita mucha seriedad porque, como cosa extraña y digna de reconocimiento, por primera vez las altas autoridades del Ministerio de Salud presentan una denuncia ante el Ministerio Público para que investigue una compra de test que resultaron falsas y hasta la misma empresa fabricante de las pruebas se ha desmarcado, responsabilizando por la falsificación a la empresa guatemalteca que hizo la venta.
No se ve muy bien la ya reconocida lentitud del Ministerio Público para investigar la corrupción cuando los casos son asignados a las fiscalías favoritas de Consuelo Porras. Pero peor aún se ve la actitud del Presidente criticando a las autoridades del ministerio por haber hecho la denuncia ante lo que él dice que es una simple irresponsabilidad administrativa, tapando así a la persona que él y el anterior ministro, Hugo Monroy, habían designado desde el principio del gobierno precisamente para que fuera quien se hiciera cargo de todas las compras del Ministerio, lo que nos puede servir de indicio de cuáles eran sus instrucciones y sus objetivos.
Y llama mucho la atención que luego de haber criticado a las autoridades por haber hecho la denuncia para que la operación fuera investigada, como corresponde, el mismo Presidente la emprenda contra la Ministra de Salud Pública y contra el ex Director de Coprecovid, responsabilizándolos a ellos de los problemas que hay para el suministro de las vacunas porque ellos “insistieron en el mecanismo COVAX”, lo cual hace ver que el actual equipo del Ministerio de Salud Pública está en la cuerda floja como resultado de haber alertado sobre la famosa compra de emergencia realizada para adquirir esas pruebas de laboratorio para el Covid 19 que resultaron una burda falsificación.
Es ya conocida la personalidad del mandatario y se puede intuir que ese incidente, al denunciar el acto de corrupción implicando a uno de sus protegidos, ha desatado el evidente malestar que se combina con el atraso en el tema de las vacunas en el que su expresión de “perdone, pero he andado de arriba para abajo” lo dejó tan mal parado.