Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Era principios de diciembre del 2019 y entró a mi celular un mensaje por medio del cual me explicaban que el entonces Ministro de Comunicaciones, José Luís Benito, quería llegar a La Hora y contextualizar su gestión. La reunión no se llevó a cabo porque no tuvimos el interés pero indagando luego por qué estaba Benito buscando reuniones, alguien me dijo “está cerca de seguir como ministro con Giammattei”.

El 20 de diciembre se supo de la designación de José Edmundo Lemus, diputado electo por Quiché y ex contratista del Estado, confirmado por el equipo del nuevo presidente el 10 de enero del 2020 como nuevo Ministro de Comunicaciones y con eso se acababa “el sueño” de Benito de poder seguir controlando los negocios y acumulando dinero.

El año pasado se allana un inmueble relacionado a Benito en la Antigua Guatemala, se encuentran Q122 millones y ayer se allana otro relacionado a ese mismo caso que resulta siendo, según información extraoficial, del ex secretario privado de Alejandro Giammattei, Giorgio Bruni.

Cuando allanaron el inmueble de Benito el año pasado, se supo que Bruni salió de viaje y regresó 6 días después, pero este argumentó a La Hora que había sido un viaje a Estados Unidos por temas médicos.

Sin duda alguna, quedan muchas preguntas en el aire que luego habremos de tener respuestas conforme avancen las pesquisas, pero la situación de Benito y los derechos o posibilidades con los que él se sentía para seguir en el Gobierno de Giammattei ponen al presidente en una delicada y complicada situación.

Más cuando estamos a días de conocer quién será el designado por el Ejecutivo, en Consejo de Ministros, para la Corte de Constitucionalidad (CC) y sabiendo cómo está la cosa, hace mucho sentido que el mandatario se empecine en no abrir el proceso, incluso en contra de la voz de su propio Vicepresidente quien solicitó que el mismo fuera abierto y transparente.

Ayer alguien me decía “ya ves por qué era la necesidad de decirle amiga a doña Consuelo, pactar con el Congreso la no elección de cortes y demás alianzas que ha tenido que hacer el Presidente” y yo le decía que para el tema específico de Benito y su posible relación con la campaña de Giammattei aún falta trecho y no se puede saltar a conclusiones pero sin duda alguna será algo que genere enormes dolores de cabeza en Casa Presidencial.

Falta trecho pero el Presidente está en una muy complicada situación. No ha sido secreto que en Guatemala los ganadores de las elecciones reciben mucho dinero de diversas fuentes y habiendo tenido Q122 millones en efectivo producto de los trances que se hicieron durante el gobierno de Jimmy Morales, sin duda que Benito podía ser un posible financista que hasta se sintió con la necesidad de, según él, explicar en los medios su posible continuidad.

Y ahora que la comunidad internacional pone sus ojos en la elección de la corte, con el G13 que entiende la necesidad de fortalecer el Estado de Derecho mientras Estados Unidos, que recibe millones de migrantes de Guatemala, se esmera en hacer ver la importancia de esa acción en la CC, estos eventos le caen en un “mal momento” a Giammattei porque una designación suya para la máxima corte que no cumpla con lo que manda la Constitución, no solo encenderá más las alarmas sino quizá hasta confirmará los miedos más profundos de algunos.

Estamos a pocos días de saber, pero si el Presidente quiere enderezar rumbo debe romper alianzas con las mafias, abrir el proceso y hacer una buena elección.

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