Danilo Santos
Durante más de un año los desmanes de los tres poderes del Estado han suscitado animadversión creciente en la población, hay los que desde las redes sociales expresan día a día su descontento y desaprobación, sin embargo, no pasan de la crítica «virtual»; así las cosas, nada cambia y quienes gobiernan no se dan por aludidos y siguen adelante gestionando el poder en contra de la población, haciéndole creer a esta que solo Dios podría hacerlo mejor. En cambio, hay los que marchan masivamente y respaldan su crítica con propuestas claras y demostración de fuerza organizativa, incomodando a quienes sufren del síndrome de Estocolmo o asumen la posición del esclavo que ama al amo. Y por supuesto, a los dueños de la finca.
Codeca ha dado ejemplo de lo que es manifestarse, no lo hace en sábado cuando todo el aparato gubernamental permanece cerrado, o siendo políticamente correctos para no molestar al statu quo, o esperando una palmadita en la espalda de quienes centran su operación política equilibrando sus acciones con sus ingresos. Mucho menos lo hacen alentados por los “likes”. Lo hacen acompañados de su diputada Vicenta Jerónimo, de su lideresa Thelma Cabrera. Dos mujeres indígenas y campesinas que sin aspavientos están a la cabeza de la lucha social en Guatemala, que con claridad dicen que «…la peor pandemia sigue siendo la corrupción y el ladronismo que impera en los tres poderes del Estado” Thelma Cabrera. “Este es el pueblo que está abandonado por el sistema, por eso la lucha está en las calles”. Diputada Vicenta Jerónimo.
Por supuesto no faltaron los intelectuales orgánicos de la derecha que saltaron a criticar a Codeca y sus demandas, diciendo por ejemplo que les preocupa que «una organización autoritaria y con personajes que adulan dictadores lleguen al poder». Argumento que da risa porque Guatemala tiene precisamente ese tipo de personajes en el poder disfrazados de demócratas y defensores de la libertad, de Dios y la familia. Y basta con repasar la historia para darse cuenta de que lo que nos sobran son gobernantes autoritarios y lamebotas que los adulan y apoyan.
Es una lección hermosa que los que poco o nada tienen sean los que están dispuestos a brindarse y luchar; salir de nuestro espacio de comodidad y estar dispuestos a perder algo, quizá le de a la lucha social en Guatemala nuevos bríos, si no estamos en la disposición de hacerlo, mínimo respetemos a los que sí lo hacen y apoyemos a su representante en el Congreso.
Los profundos problemas del país no los resolverá esta Constitución Política, ni este Estado, necesitamos otro contrato social y otra forma de organizarnos políticamente que acabe con la exclusión y los privilegios criollos y ladinos. Necesitamos una forma de representación política que no sea mediada por el hambre provocada para generar clientelismo. Otra Guatemala, pues, eso es lo que necesitamos y es la única vía para sacar al país de esa visión precisamente antidemocrática y autoritaria que está a punto de cumplir 200 años.
Fuerte y alto, Codeca sí me representa.