Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

La actual situación política, social y económica que vive actualmente la población de la república de Guatemala, se debe en un alto porcentaje a la FALTA de cultura y educación; pobreza, ignorancia, desnutrición, salud, trabajo y otros factores que definieron el actual momento.

Entenderemos el término pobreza como la situación de carencia de algo material, la escasez o estrechez, miseria, ausencia o falta de bienes materiales; también, como la actitud o conducta negativa que realizan sin remordimiento algunas personas con los consecuentes daños a una o varias personas, sin que les importe las consecuencias que traen aparejadas.

La Historia de Guatemala nos muestra la forma de cómo fue que hicieron fortuna los europeos que conquistaron a los pueblos originarios, imponiendo su cultura económica, social y religiosa cuyo interés principal fue el de la producción de riqueza personal a costa de la ignorancia de las masas que vivían en otro estadio cultural, social y económico.

Fue así como el término explotación tomó auge y sentido para todo aquel extranjero que sin arrepentimiento alguno se dedicara a la esclavitud como medio idóneo en ese tiempo para obtener el usufructo de mano de obra gratuita y en algunos casos remunerada, pero de manera ínfima y condicionada.

Los terratenientes de la época, comerciantes, militares, transportistas, industriales, religiosos y funcionarios públicos en todos los tiempos formaron la élite del poder; es decir, el grupo que de una u otra forma dirigió y heredó los destinos del país a sus siguientes generaciones; hasta hoy, dicha herencia se mantiene con algunas variantes por la introducción de capitales extranjeros personales y multinacionales.

El PODER de dicho grupo creció y supuso “autorizarlos” para decidir qué, cómo, dónde y cuándo debía tomar decisiones para el “bienestar de la población guatemalteca” y convertidos en financistas de políticos públicos, sugieren y ordenan la elaboración de leyes acordes a sus intereses económicos cuando sus políticos ejercen el poder político por medio del gobierno utilizando las instituciones del Estado para obtener sus objetivos.

Los políticos públicos ven en el “poder” la forma de enriquecimiento ilícito y reconocimiento social y para obtener el poder “democrático” necesitan de financistas de sus campañas electorales para “convencer” a la mayoría de los ciudadanos analfabetas o analfabetas funcionales de todos los estratos económicos (labriegos, campesinos, obreros y profesionales) que puede haber “tiempos mejores” ofreciendo salud, trabajo, educación, “mano dura” contra la delincuencia a sabiendas que no podrán cumplirlas.

El grupo de poder mantiene su hegemonía sobre los gobernantes indicándoles las políticas de gobierno, entre ellas, la educación que usualmente es desatendida con el interés que, por ignorancia y analfabetismo, la población no aprenda las letras y por ende no enterarse de su contexto legal para reclamar sus derechos con base al pago de impuestos que se realiza en cualquier compra. Así llevamos 497 años de esclavitud y 200 de “independencia”. Oj Alá que ya no más Amén.

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