Por WILL GRAVES
PITTSBURGH
Agencia (AP)
El peso de la historia sirvió de poco. Igual que los entrenamientos. O tener al entrenador jefe al lado. O al líder del equipo en la cancha.
Los Browns de Cleveland se sobrepusieron a todo eso, desmantelando ayer a los Steelers de Pittsburgh 48-37 en la ronda de wild-card de la NFL.
La primera victoria de la franquicia en la postemporada en más de un cuarto de siglo le valió a Cleveland un pasaje a Kansas City el próximo domingo para enfrentarse a los Chiefs, actuales campeones del Super Bowl.
El entrenador jefe Kevin Stefanski, el guard Joel Bitonio y el receptor Denzel Ward tuvieron que quedarse en Cleveland tras dar positivo en COVID-19. Sin embargo, los Browns (12-5) consiguieron la mejor primera parte de un equipo visitante en la historia de los playoffs de la NFL y después se mantuvieron arriba.
«Creímos», dijo el quarterback Baker Mayfield. «La gente fuera no nos importa. Lo que cuenta está dentro, y creímos todo el tiempo, y eso es lo que importa».
Mayfield lanzó para 263 yardas y tres touchdowns, incluido un pase que Nick Chubb convirtió en una anotación de 40 yardas que frenó a Pittsburgh después de que los Steelers lograran ponerse a 12 en el marcador. Kareem Hunt añadió 48 yardas y dos touchdowns sobre el terreno, mientras la defensa de Cleveland forzaba cinco robos de balón para asestar una dura derrota a los Steelers (12-5).
Lo lograron pese a haber entrenado apenas una vez en las últimas dos semanas y a haber perdido 17 juegos seguidos en el Estadio Heinz. Lo hicieron con eficiencia y algo de chulería. Y lo hicieron con el coordinador de equipos Mike Priefer -nativo de Cleveland- cubriendo a Stefanski con el coordinador ofensivo Alex Van Pelt -que jugó en la universidad en Pitt- asumiendo la labor de anunciar las jugadas.
«Somos un equipo resiliente», dijo Mayfield. «La defensa jugó genial en la primera mitad y en cierto modo nos quedamos parados y les dejamos acercarse, pero ha sido una gran victoria de equipo (…) Estoy orgulloso de estos hombres».