Alfonso Mata
HS: Las nuevas vacunas y la genética
AM: La vacuna más rápida, contra el ébola, tardó cinco años en ser descubierta. Proceso histórico y marcos teóricos hablan de mejoras en las vacunas viejas y nuevas desde entonces.
Debemos entender primero que muchos virus, incluido el SARS-CoV-2, están hechos solo de ARN. Por eso necesitan entrar en otros seres vivos y secuestrar su maquinaria biológica para multiplicarse.
La primera idea de hace décadas que sobresalía sobre manipulación genética y vacunas apuntaba o al menos la mayoría a: cambiar el ADN de forma permanente para corregir enfermedades. Esa visión comenzó a perder, cuando se demostró que modificar el ADN puede generar mutaciones letales y cuando algunos pacientes murieron en ensayos clínicos. No obstante, antes de finales del siglo, ya se contaba con un método para llevar ARN mensajero como terapia.
Pero casi simultánea a la idea anterior, se venía hablando y muchas veces especulando, sobre hacer tratamientos y vacunas basadas en la molécula del ARN, exactamente la misma que usan las de Moderna y BioNtech contra el coronavirus, empresas que han recibido cientos de millones de fondos públicos, para desarrollar en tiempo récord sus vacunas de ARN mensajero.
La idea en los noventa hablaba de usar una molécula frágil y efímera para curar enfermedades o evitar infecciones de forma permanente. Desde entonces se especulaba que con un manejo adecuado de ARN, se podía lograr que las propias células del humano fabricasen la proteína que les curaría inyectándoles un pequeño mensaje de ARN.
Las primeras vacunas de ARN no fueron tan eficientes. Esas vacunas de ARN planteaban dos problemas aparentemente irresolubles. Por un lado, no conseguían producir suficiente proteína. Por otro, el ARN mensajero podía generar una potente inflamación causada por el sistema inmune, que pensaba que el ARN introducido era de un virus. Ya en pleno siglo XX, se logró controlar esos dos problemas permitiendo que no se generase una respuesta inmune exagerada y además facilitando la producción de proteína en grandes cantidades.
HS: Negocio e investigación se juntan
AM: Moderna compró muchos derechos al respecto de esas investigaciones al igual que BioNTech, adquirió varias de las patentes sobre ARN modificado. Las vacunas de Moderna y BioNTech, a la par de las que usan tecnología anterior, han demostrado en el caso del SARCoV-2 eficacia de al menos el 90%. Se ha venido asegurando que la sangre de pacientes vacunado que se ha usado para estudios y que contiene anticuerpos, ha sido capaz de neutralizar 20 variantes mutadas del virus.
HS: Pero ¿son mejores estas vacunas que las anteriores?
AM: Hay dos descubrimientos científicos recientes sin los que no serían posibles estas vacunas. El primero data de finales de la década pasada y consistió en el desarrollo de un ARN mensajero modificado que incluía un pequeño cambio químico en su fórmula que lo hace –opinan algunos- mucho más digerible para el sistema inmune, lo que facilita que la molécula llegue intacta a donde tiene que llegar. Aun así, inyectar este ARN solo no conseguía grandes efectos.
A partir de 2015, se desarrollaron vacunas que protegían la secuencia de ARN dentro de una nanopartícula hecha de lípidos (grasa), lo que permitía llevar la carga de forma mucho más eficiente a las células inmunes. La formulación de esa burbuja y la secuencia exacta del ARN modificado son fundamentales para el éxito de estas vacunas. Cada empresa tiene su propia fórmula y en ella están las claves de su eficacia.
El ARN puede resultar más seguro que otras vacunas basadas en ADN, proteínas o virus completos se viene diciendo, pero no he visto ningún artículo serio al respecto ni puede haberlo. En estos momentos hay solo hechos e hipótesis al respecto.
El ARN por sí solo no es infeccioso y es incapaz de integrarse en nuestro ADN, por lo que no podría causar mutaciones peligrosas que se transmitirían de generación en generación. Hay casi una veintena de vacunas en ensayos con ARN contra infecciones virales como la gripe, el VIH, el zika y otras.
La gran pregunta sobre estas vacunas es cuánto dura la inmunidad que generan. Muchos creen que con que las vacunas de ARN mensajero protejan durante dos o tres años sería satisfactorio porque permitiría controlar la epidemia. Nadie sabe la duración de la inmunidad que generan estas vacunas, porque sencillamente son demasiado nuevas. Habrá que esperar años para conocer su efectividad en el tiempo, por eso los ensayos clínicos van a continuar por lo menos hasta 2022.
HS: La gran barrera para estas vacunas
AM: Es la necesidad de preservarlas a temperaturas de hasta 80 grados bajo cero. Llevar millones de vacunas así a países con una cadena de frío deficiente o inexistente es un reto al que nunca antes se ha enfrentado la humanidad.
La tecnología para que estas vacunas se mantengan a temperaturas factibles ya existe. Moderna ha anunciado que su vacuna aguanta hasta un mes a temperaturas típicas de una nevera convencional y las casas farmacéuticas están trabajando en una nueva formulación que se mantenga estable a temperatura ambiente.
Estamos pues ante el comienzo de una nueva era de vacunas. Quien sabe en unos cuantos años la formulación de vacunas multivalentes para la gripe, el covid y otros virus, todo en uno.
HS: ¡Claro! ¿y el negocio de por medio?
AM: Si el precio es un factor limitante. Como referencia, todas las vacunas que se ponen en niños tienen un precio conjunto por persona inferior a cinco dólares. Las de COVID-19 son al menos tres veces más caras.
Que haya personas que tengan dudas sobre estas vacunas nuevas es explicable, porque nunca se había aprobado una vacuna basada en tanta información. El ARN mensajero que usan tiene la misma composición que el que fabrica uno mismo, en sus propias células. La secuencia de los ARN mensajeros se escribe en un ordenador y después se produce de forma química, sin necesidad de usar células, lo que puede resultar más barato si finalmente estas vacunas tienen éxito y la tecnología para producirlas llega a escalarse.
Entonces, tenemos el desafío de superar las percepciones de prejuicio, las percepciones de no importar entre científicos, políticos y población, pero creo que científicos, líderes religiosos y líderes comunitarios deben ser facilitadores para asegurarnos de que el público esté completamente informado sobre las vacunas y cómo funcionan, por qué funcionan y por qué son necesarias.
HS: Pero ¿cuáles son realmente los objetivos de una vacunación contra el coronavirus?
AM: Para que el control de la epidemia del coronavirus tenga éxito en nuestro medio, la única posibilidad es que la gente estire su brazo y reciba la vacuna, y eso requerirá un esfuerzo de todos. Los objetivos descollantes esperados con la vacunación son los siguientes:
- Asegurarse de la seguridad, efectividad de las vacunas
- Reducir la morbimortalidad y la incidencia de la COVID
- Ayudar a minimizar el daño socio económico de la epidemia
- Mantener la capacidad del sistema de salud
- Asegurar la equidad de la vacunación entre la población
Una primera fase de la campaña debe montarse para proteger a las poblaciones de mayor riesgo de morbimortalidad y en ese sentido, esa población se pueden agrupar en:
- Trabajadores de la salud
- Trabajadores esenciales
- Adultos mayores de 65 años
- Población con daño en su salud por enfermedades crónicas y factores de riesgo.
HS: La gente ha empezado a salir de su distanciamiento físico
AM: ¡Si! estamos volviendo al mundo, por lo que la eficacia de la vacuna en esa situación también es importante. Entonces, si no disminuimos la infecciosidad, necesitamos una cobertura realmente alta de vacuna y rápida porque usted estaría difundiendo el SARCoV-2 de manera asintomática y no lo sabría, como muchas enfermedades infecciosas, y lo propagaría.
Quizá lo mas importante en este momento es que la gente entienda que la vacuna es solo una parte crítica del rompecabezas para el combate y la victoria. La gente debe estar consciente de eso.