MADRID
Agencia dpa/ (Europa Press) –
Investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville (Estados Unidos) han realizado un resumen de los conocimientos actuales sobre cómo afecta el virus del COVID-19 a los niños y da maneras de mantener a las familias seguras mientras los niños continúan creciendo y prosperando.
En general, hemos aprendido que los niños se enferman con menos frecuencia que los adultos, pero algunos niños, aunque pocos, han enfermado gravemente. Sabemos que este virus se propaga principalmente a través de las gotas respiratorias cuando las personas infectadas tosen, estornudan, hablan o incluso respiran, aunque puede propagarse de otras maneras. Algunas personas con COVID-19 tienen fiebre, tos, falta de aliento, dolores musculares, dolor de cabeza y diarrea, síntomas que son similares a los de otras infecciones virales como la gripe, pero algunas no tienen ningún síntoma.
Los niños pueden contraer COVID-19 a través de sus familiares y otros contactos cercanos, como amigos y maestros en la escuela y en actividades deportivas. A medida que los niños crecen, su riesgo de enfermarse lo suficiente como para ser hospitalizados es mayor, aunque los recién nacidos y los bebés pequeños también corren un mayor riesgo. El riesgo de muerte en los niños es muy inferior al de los adultos, pero algunos niños han muerto a causa de COVID-19.
Los estudios han demostrado que los niños con ciertas condiciones subyacentes corren un mayor riesgo de padecer COVID-19 grave. Estas condiciones incluyen la obesidad, el asma, los trastornos neurológicos, las enfermedades cardíacas y la inmunidad, entre otras.
En raras ocasiones, los niños que han sido infectados por el virus que causa el COVID-19 desarrollan una condición llamada síndrome inflamatorio multisistémico. Los niños pueden desarrollar este síndrome entre 2 y 4 semanas después de la infección, y algunos de estos niños no presentan síntomas de COVID-19. Estos niños requieren hospitalización y muchos necesitan terapias de apoyo complejas para ayudar a responder a lo que parece ser la fuerte respuesta del cuerpo a ser infectado con el virus. Algunos niños con esta condición han muerto.
Estos investigadores recuerdan que la vacuna contra la gripe se recomienda para todos los niños cada año para los niños mayores de 6 meses y es aún más importante este año porque «es posible contraer tanto COVID-19 como la gripe».