Por ESTEBAN FÉLIX y EVA VERGARA
CARAHUE, Chile
Agencia AP
Miles de personas con mascarillas, capas de plástico y paraguas llenaron el lunes las playas de lagos y las costaneras de la región chilena de La Araucanía mientras la luna cubrió completamente el sol para vivir el único eclipse solar total del año.
En Pucón y en otras comunas de La Araucanía, 700 kilómetros al sur de la capital chilena, muchos se olvidaron de la distancia social que deben respetar debido a la pandemia del nuevo coronavirus que afecta a Chile, donde los contagios van lentamente en aumento.
Diego Fuentes, que viajó al sur para ver el eclipse, dijo a The Associated Press que «fue bueno… estuvimos todos juntitos, pensé que no se iba a ver, pero valieron la pena los dos minutos». Por su parte, Carol Paredes lo calificó «como una experiencia realmente increíble».
Los niños también se maravillaron por el espectáculo. «Me gustó mucho y fue bueno que haya habido nubes porque pudimos verlo un poco sin lentes», dijo la pequeña Catalina Morales, que lo vio acompañada de su padre Cristián Morales, quien a su vez señaló que «fue espectacular, una experiencia única».
Miles saltaban y gritaban felices bajo la llovizna, y cuando el sol fue completamente cubierto por la luna, en medio de la oscuridad, reinó el silencio por algunos instantes. Luego volvieron con más fuerza los gritos y otras expresiones de felicidad. Durante la «oscuridad» sólo se apreciaban las luces de los teléfonos celulares.
Decenas de miles de turistas acudieron a comunas como Pucón, Villarrica y Puerto Saavedra, donde persistía la llovizna al momento del oscurecimiento del sol, mientras en otras más pequeñas como Lican Ray se vivieron algunos instantes con nubosidad parcial que les permitió ver los dos minutos que duró el eclipse total del sol, que no se repetirá en América del Sur hasta diciembre de 2048.
El fenómeno astronómico empezó a las 14:37 GMT en Isla Mocha, en la vecina región del Biobío, a unos 200 kilómetros de Pucón y Villarrica, y alcanzó la totalidad del oscurecimiento a las 16:03 GMT.
El eclipse total se prolongó por poco más de dos minutos, y antes de alcanzar su plenitud, empezó a oscurecer tenuemente y las personas en la zona reportaron una leve baja en la temperatura y un poco de viento.
«Si estuviera despejado debería bajar la temperatura cinco grados y se levanta viento… las aves se vuelven locas y se van a dormir en esos dos minutos, aunque si está lloviendo los pájaros no se van a sentir tan desconcertados», dijo el astrónomo José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas.
En Santiago, 700 kilómetros al norte de Carahue, se apreció lentamente una disminución de la luminosidad en un día soleado y se observó un viento leve. El meteorólogo Eduardo Saéz dijo que en la capital chilena la temperatura descendió de 27,3 grados Celsius a 25 grados.
Poco después, el eclipse solar total se vio en la Patagonia argentina, donde las condiciones climáticas fueron mucho más benignas para la observación.
Las nubles se despejaron y el sol apareció a media tarde en varias de las comunas chilenas que vivieron el «oscurecimiento» del sol bajo un cielo nublado y lluvioso.
La atracción por el eclipse solar total llevó a las autoridades a imponer restricciones sanitarias adicionales para evitar el aumento de contagios de COVID-19 en las regiones de La Araucanía y en las aledañas Biobío y Los Lagos, que están entre las que más casos nuevos suman a diario.
El del lunes es el segundo eclipse solar total en 16 meses. El anterior se registró el 2 de julio de 2019. En esa ocasión decenas de miles de personas no se contentaron con apreciar el eclipse en forma parcial en el resto del país y viajaron -algunas más de 1.250 kilómetros- para observar el fenómeno en su totalidad.
En La Araucanía viven unos 500.000 indígenas de la etnia mapuche, para quienes el eclipse significa literalmente la muerte momentánea del sol tras una lucha con la luna y presagia movimientos negativos, por lo que lo viven con mucho respeto y cautela.
Diego Ancalao, weichafe (guerrero) de la comunidad mapuche Manuel Ancalao y presidente de la Fundación Instituto Liderazgo y Desarrollo Indígena, recordó a AP que tras el eclipse solar total de julio 2019 en octubre se produjo un violento estallido social en Chile y en marzo llegó la pandemia.
En la comuna de Nueva Imperial, también en La Araucanía, Fresia Lienqueo, dijo que durante el eclipse «yo me puse a llorar, fue muy emocionante y nos encerramos en la ruca (vivienda) junto a mi esposo. Sabemos que el eclipse no trae buenos augurios, por eso debemos orar y recogernos, para que las cosas vengan buenas y pasemos esta pandemia». La declaración fue difundida por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, cuyo director, Ignacio Malig, vivió el evento astronómico en la ruca del matrimonio mapuche.
En la comunidad mapuche Mateo Nahuelpan, en Carahue, Soledad Nahuelpan participó en una ceremonia religiosa en un cerro aledaño a su aldea, «para poder contextualizar lo que esto significa para nuestro pueblo, pero también para toda la sociedad en general «.
Explicó que entre su pueblo también existe la visión «que habla de la posibilidad de generar armonía y comprender la armonía que existe entre la naturaleza y la necesaria existencia de la luz y la sombra o la oscuridad: ninguna existe sin la otra. En la medida que podamos ampliar la comprensión de lo que la naturaleza nos está enseñando, podemos mucho más llevadera con nuestro entorno y también con las personas».
Destacó que para los mapuches el eclipse «no es una fiesta, es una instancia para poder aprender, comprender y valorar (el conocimiento)… como lo hicieron nuestros antiguos (ancestros). Ellos observaron y construyeron el conocimiento que hoy es la base de la sabiduría mapuche».
Un eclipse solar ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el sol y proyecta una sombra sobre una parte del planeta. Éste fue total en regiones de Chile y Argentina que se encuentran dentro del cono de sombra lunar, y parcial en Bolivia, Perú, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Brasil. También se apreciará en partes de África y en zonas de los océanos Pacífico y Atlántico.
El siguiente eclipse solar total en Chile está previsto para dentro de 28 años. A fines de 2021 se apreciará otro en la Antártida.
Entre Pucón y Villarrica suman unos 65.000 habitantes y con ocasión del eclipse se estima que han más que triplicado la población, en un país que concentra 573.000 contagiados y 15.931 fallecidos.