Fernando Mollinedo C.
El título de este artículo marca la situación política en este momento de confusión y deriva; los mensajes políticos son ambivalentes y vacíos de contenido porque significan eso y lo contrario; como sociedad hemos dejado que nuestro país, construido con el esfuerzo de todos en sus prósperos años y en sus años adversos sea manejado por los peores regímenes “democráticos” durante los últimos 35 años.
Los dignatarios al mejor estilo de tort trix para el consumo interno e internacional pronunciaron discursos de principios éticos y morales que fueron su carta de presentación en los actos de investidura, con declaración de promesas por cumplir; lo que supusimos como síntomas de falsedad y verborrea política no lo pudieron ocultar por más que se empeñaron en adornarla con palabras rimbombantes y rebuscadas, pues no las cumplieron ni las han cumplido durante sus ejercicios presidenciales, por lo que esos discursos de ayer pasarán a la Historia de Guatemala como vulgares palabras pronunciadas por farsantes y mentirosos delincuentes.
La supuesta libertad que gozamos en estos tiempos es fruto de la lucha y sufrimiento de miles de guatemaltecos que ofrendaron su vida para que la población tuviera un futuro distinto al de esa época; ese sacrificio humano debería ser honrado por los gobernantes y entender que son servidores, empleados y dependientes del pueblo y no en sentido contrario como lo toman al ser electos y nombrados considerándose dueños y propietarios del erario para disponer de los dineros públicos de la forma que se les da la gana.
Guatemala, es decir su población, no merece tener viejos y nuevos políticos que tienen como socios a quienes abiertamente quieren acabar con el orden constitucional al mejor estilo de los hampones profesionales que se desgarran las vestiduras tratando de dar una imagen de honrados, justos, decentes y probos puesto que, con sus conductas demuestran ser – la mayoría – simple y llanamente operadores de sus propios intereses y los de sus patrones, jefes, amos y señores.
¿Será posible que el saqueo inmisericorde de los bienes nacionales en cualesquiera de sus formas sea el norte, objetivo, meta o fin económico de los gobernantes? recordemos algunas empresas nacionales que fueron pasto de las llamas de la avaricia y corrupción gubernamental: Aviateca, Indeca, Eegsa, Telgua, Fegua, Inde, Bandesa y Banco de los Trabajadores entre otras.
Guatemala merece un destino mejor que el que le han proporcionado hasta hoy los políticos indecentes, ladrones, hipócritas, deshonestos y obscenos; merecemos personas probas, justas, capaces y, sobre todo, con sensibilidad social para atender a los sectores desposeídos que demandan ayuda, no limosna que los demerite como personas.
Merecemos verdaderas organizaciones políticas que formen ideológicamente a sus integrantes y conozcan el valor y significado del servicio público; ya estamos cansados de tantos ladrones y sus secuaces que, cuales hienas, se relamen en sus babas el botín económico que los saca de la pobreza o aumentan su riqueza sin vergüenza ni pudor ¿seguirán votando por los mismos partidos?