ESPAÑA
Agencia AP
Las autoridades de Madrid inauguraron ayer una sección de un hospital de 1.000 camas para pacientes de coronavirus, en medio de críticas de que no es más que un proyecto vanidoso totalmente innecesario en momentos en que la enfermedad está retrocediendo.
Unos 200 profesionales de la salud asistieron a la ceremonia de inauguración del Hospital Isabel Zendal en Madrid, construido a un costo de 100 millones de euros (119 millones de dólares), el doble del presupuesto original.
Varios sindicatos de trabajadores de la salud criticaron el proyecto pues consideran que los fondos debieron invertirse en el sistema de salud ya existente, debilitado por años de recortes presupuestarios.
Solo una de las cuatro alas del hospital de 80.000 metros cuadrados (casi 20 acres, o el equivalente a 10 canchas de fútbol) comenzará a funcionar en el breve plazo con 240 camas, aunque el gobierno regional ha contratado sólo una sexta parte de los trabajadores necesarios.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmó que el hospital es el primero de su tipo en Europa y que ayudará a aliviar la presión sobre el sistema público al dedicarse exclusivamente a enfermos de COVID-19.
«Lamento las críticas. Estamos a salvar vidas. Un gran hospital público no puede ser una mala noticia para nadie», declaró Díaz Ayuso añadiendo que la ubicación de las instalaciones, cerca del aeropuerto internacional de Madrid, será una ventaja también.
El gobierno regional, de tendencia conservadora, ha sido un duro crítico de la manera como el gobierno central izquierdista del presidente Pedro Sánchez ha manejado la pandemia, objetando las medidas preventivas y pidiendo que las restricciones no afecten la actividad económica.
Aunque los científicos dicen que la cautela generalizada y el temor de la población fueron probablemente un factor más decisivo, la tasa de infecciones para la región para 14 días ha bajado de poco más de 500 por cada 100.000 habitantes en octubre a 236 el lunes, menos que los 275 a nivel nacional.
Si bien Díaz Ayuso estuvo acompañada en la ceremonia por el líder del Partido Popular y dirigente opositor Pablo Casado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, declinó la invitación afirmando que tenía otro compromiso. Ningún dirigente de izquierdas, ni de nivel regional ni nacional, asistió a la ceremonia.
Díaz Ayuso expresó esperanzas de que trabajadores de otros hospitales vendrán a la nueva instalación, sin mencionar que esos otros centros médicos se quedarán con menos personal.
Rosa López, portavoz del sindicato SummAT, denunció la iniciativa.
«Esto lo que es la construcción como las pirámides de Egipto, lo único que se pretende es la gloria a la posteridad de una señora que no ha tenido ninguna capacidad de empatía con los ciudadanos, y mucho menos con los trabajadores sanitarios», expresó López a la emisora TVE.
España oficialmente ha sufrido 1,6 millones de infecciones y más de 45.000 decesos por coronavirus.