Julio García-Merlos G.

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Julio R. García-Merlos G.

Las decisiones que tomamos tienen consecuencias, un grave problema es ignorar la relación de causalidad entre las decisiones y sus efectos. Debemos tomar responsabilidad por nuestras elecciones y no pretender que se socialicen los resultados negativos de nuestros actos.

Hace unos días, autoridades de los ministerios de Economía y Trabajo presentaron una iniciativa de ley para la adjudicación de los fondos restantes del Fondo para la Protección del Empleo, en el que ahora incluyen a trabajadores del sector turismo y una asignación de 15 millones para artistas, el que administrará el Ministerio de Cultura y Deportes.

En lo personal, aprecio el arte y la cultura, pero mayor estima le tengo a la libertad y desconfianza a las decisiones centralizadas de unos pocos. Soy padre de dos niños a quienes he enseñado que pueden buscar sus sueños, trabajo duro para que ellos puedan escoger lo que quieran ser en la vida. Trato de inculcarles valores y principios que les permitan tomar las decisiones correctas. La única regla que les hago ver es que sin importar a lo que se dediquen, deben procurar sostenerse económicamente por sí mismos. Pueden ser deportistas, profesionales, empresarios, lo que ellos gusten, sin embargo, les insisto en que nunca deben pretender que alguien más los mantenga, ni su familia, menos el Estado.

En lo personal hubiese querido dedicarme en forma profesional al deporte, pero decidí estudiar leyes previendo que sería una profesión que me permitiría encontrar un trabajo y ganarme la vida con mayor estabilidad. En ese orden de ideas, muchas personas meditan sobre si es apropiado dedicar su vida al arte, la academia o al deporte, ya que es difícil posicionarse en el mercado y encontrar oportunidades laborales. Si bien es cierto que existen numerosos artistas y deportistas que gozan de una excelente calidad de vida, esta no es la regla puesto que muchas personas ven frustrados sus sueños en una etapa temprana de sus carreras.

Yo defiendo la libertad individual y la autonomía de las personas, considero que cada uno es arquitecto de su propia vida por lo que puede definir su camino y nadie más le puede imponer su visión del mundo.

Es por estas razones que me parece inmoral e injusto que como ciudadanos tengamos que pagar por las consecuencias de las decisiones de otras personas, por eso no me parece adecuada la iniciativa de ley que referí al inicio. Durante la pandemia muchos artistas se reinventaron para superar la adversidad, pintores y artesanos entregando sus productos a domicilio, cantantes organizando veladas en línea y ahora que se redujeron las restricciones, eventos con aforo limitado, al aire libre y medidas de bioseguridad. Otros incluso han optado por dedicarse a otras ocupaciones en forma temporal.

Mientras eso sucede con los artistas emprendedores, ahora un grupo de funcionarios públicos mediante una decisión arbitraria pretende regalar recursos del erario a este grupo. La misma lógica siguen iniciativas de ley como la denominada Ley de Cine, destinadas a captar fondos para grupos de interés en detrimento del interés general.

La función del Estado en el ámbito económico es facilitar las condiciones necesarias para el desarrollo de las actividades empresariales, cada quetzal que es tomado por medio de impuestos y se dedica a actividades que un grupo de burócratas considera importantes, genera una distorsión en el mercado, lo que se traduce en asignaciones menos productivas de los recursos. No perdamos de vista que por bondadoso que se vea el fin gubernamental que nos presenten, lo que genera es pobreza.

Julio García-Merlos
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