Por ANDREA ROSA y FRANCES D’EMILIO
MILÁN
Agencia AP

Cientos de personas salieron ayer a las calles de Turín, Milán y otras ciudades y pueblos de Italia para expresar su indignación, en ocasiones de forma violenta, con respecto a las restricciones más recientes relacionadas con la pandemia que obligan a restaurantes y cafeterías a cerrar temprano y al cese de operaciones de cines, gimnasios y otras actividades de esparcimiento.

En Turín, en el norte del país, algunos manifestantes se separaron de una protesta pacífica y rompieron los escaparates de una elegante calle comercial, activando bombas de humo y arrojando botellas contra policías en la plaza principal de la ciudad, donde se ubica la sede del gobierno de la región de Piamonte, reportó la televisora estatal RAI.

Un fotógrafo resultó herido por una botella, informó la RAI. La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en la Piazza del Castello.

Horas antes en esa misma plaza, unos 300 taxis se formaron de forma pacífica para atraer la atención a sus pérdidas económicas que se derivan de la falta de turismo y la desaparición de trabajadores del centro de la ciudad, pues están laborando de forma remota debido a la pandemia.

Detrás de los actos de violencia en Turín había un grupo de «ultras», como se les conoce a los aficionados violentos al fútbol, reportó la agencia noticiosa LaPresse, que añadió que cinco de los manifestantes fueron detenidos por las autoridades.

En la capital de negocios del país, Milán, la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes la noche del lunes, y un periodista de The Associated Press vio que al menos dos personas fueron arrestadas.

Las protestas comenzaron poco después de que entró en vigor una orden del gobierno nacional que requiere que bares, restaurantes y cafeterías cierren sus puertas a las 6 de la tarde durante los próximos 30 días, parte de los intentos de Italia por controlar un repunte de casos de coronavirus en semanas recientes.

Debido a que la mayoría de los italianos no cena en la calle antes de las 7:30 de la noche, el decreto prácticamente puso fin a los ya castigados ingresos de la mayoría de los restaurantes durante la pandemia, aunque el servicio para llevar y las entregas a domicilio siguen en operación hasta la medianoche.

Las restricciones se anunciaron el domingo, un día después de que Italia superó el medio millón de contagios confirmados de coronavirus desde que comenzó la pandemia.

La semana pasada, una marcha pacífica de comerciantes y empresarios en Nápoles, molestos por el toque de queda regional que ordena a los ciudadanos permanecer en casa después de las 11 de la noche, se tornó violenta cerca de la sede de gobierno de la región de Campania. Según la prensa italiana, algunos investigadores declararon que los actos de violencia, en los que resultaron heridos algunos agentes de la policía, tenían el sello de la Camorra, el grupo local del crimen organizado.

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