Por GRANT PECK
BANGKOK
Agencia AP
El asediado primer ministro de Tailandia dijo hoy que no hay planes de ampliar el estado de emergencia más allá de la capital, mientras las protestas lideradas por estudiantes reclamando su dimisión se extendían por todo el país. Sin embargo, la policía indicó que estaba trabajando para limitar la cobertura mediáticas de las manifestaciones.
El gobierno del primer ministro, Prayuth Chan-ocha, ya ha emitido un decreto que prohíbe las reuniones de más de cuatro personas en Bangkok, ilegaliza las noticias que afecten a la seguridad nacional y otorga amplios poderes a las autoridades para hacer detenciones.
Ninguna de esas medidas ha logrado impedir las congregaciones masivas de manifestantes, en su mayoría jóvenes, que los últimos cinco días reiteraron sus demandas en la capital del país. Los inconformes también piden cambios constitucionales y una reforma de la monarquía. Las marchas del domingo se extendieron al menos a una docena de provincias fuera de Bangkok.
Prayuth dijo a la prensa que por el momento se mantendría el estado de emergencia sólo en Bangkok.
«Quiero pedirles unas pocas cosas: No destruyan el gobierno y la propiedad privada y no toquen a la monarquía», dijo el mandatario a los manifestantes.
Sin embargo, la policía dijo el lunes que estaba buscando formas de ampliar sus competencias, lo que incluía restringir la cobertura periodística de las protestas.
La policía solicitó a las agencias competentes que tomen medidas contra los medios que ofrezcan «información distorsionada» que pueda causar descontento y confusión en la sociedad, según confirmó el viceportavoz de la policía Kissana Phataracharoen.
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones y Emisiones y el Ministerio de Sociedad y Economía Digital tienen autoridad para vetar emisiones y bloquear contenido en internet. La propia policía puede hacerlo amparándose en el decreto de emergencia, que entró en vigencia el 15 de octubre, al día siguiente de que los manifestantes abuchearan a la caravana real, una imagen antes impensable en un país donde la monarquía está protegida por leyes estrictas y tratada con reverencia.
Kissana hizo declaraciones al respecto después de una copia filtrada de la solicitud de censura, que oficialmente tenía carácter de orden, circulara en medios sociales.
La orden, con fecha del 16 de octubre y firmada por el jefe de policía, pide bloquear el acceso a los sitios web de Voice TV, The Reporters, The Standard, Prachatai, y Free Youth, así como la retirada del contenido ya publicado. También propone vetar las emisiones digitales de Voice TV.
Todos los medios han cubierto las protestas en vivo. Voice TV y Prachatai simpatizan abiertamente con el movimiento de protestas, y Free Youth es una organización protesta estudiantil. Para el lunes, ninguna de las organizaciones había sido bloqueada, aunque al menos un proveedor local de televisión por cable ha censurado la cobertura de noticias internacionales en sus segmentos sobre las protestas en Tailandia.
El Club de Corresponsales Extranjeros en Tailandia expresó su «profunda preocupación» por la amenaza de censura y añadió que «hace que el gobierno parezca de mano dura y ciego a las críticas, y podría provocar aún más indignación pública».
«Los periodistas de buena fe tienen que poder cubrir acontecimientos importantes sin la amenaza de prohibiciones, suspensiones, censura o procesamiento cerniéndose sobre ellos», dijo el club en un comunicado.
Además del decreto de emergencia que ilegalizó las protestas, las autoridades también han intentado en vano impedir que la gente se reúna cerrando estaciones seleccionadas del transporte público de la capital. También ha advertido que tomará medias legales contra aquellos que fomenten las protestas en medios sociales, ya sea publicando fotos o confirmando su asistencia en aplicaciones de medios sociales.
Sin embargo, los hashtags, o etiquetas, asociados a las protestas siguen estando entre los más usados en Twitter en el país.
Los manifestantes afirman que Prayuth, que en 2014 lideró un golpe como comandante del Ejército que derrocó a un gobierno electo, fue reinstaurado en el poder de forma injusta en las elecciones del año pasado, porque se cambiaron las leyes en favor de un partido promilitar. Los inconformes también tachan de antidemocrática la constitución, escrita bajo un régimen militar y aprobada en un referendo en el que era ilegal hacer campaña en su contra.
El movimiento de protesta se hizo especialmente controvertido cuando incluyó entre sus demandas la reforma de la monarquía. Los manifestantes quieren que opere dentro del sistema democrático de garantías y equilibrios.
La monarquía está considerada como sacrosanta en Tailandia, y está protegida por una ley que pena la difamación de miembros importantes de la familia real con penas de entre 3 y 15 años de prisión. El asunto ha provocado indignación entre las instituciones conservadoras del país, especialmente el Ejército, que considera que defender a la corona es uno de sus principales deberes.
Prayuth dijo hoy que el Gobierno está abierto a celebrar una sesión extraordinaria en el Parlamento para buscar una solución. No estaba claro cuándo podría celebrarse.