Marco Trejo
En las últimas semanas, los investigadores médicos, se han tomado la tarea de estudiar y ver otros aspectos, que hace unos meses, no se tenían claros y por esa razón es que varios países han tenido que restringir sus medidas sanitarias por un segundo rebrote del virus Covid-19. Ahora se habla de que la pandemia del coronavirus debe ser vista como una Sindemia.
Los médicos ahora hablan de que no debemos ver una pandemia, si no que una Sindemia, que viene de los vocablos sinergia, que es muy utilizado en medicina para describir cooperación y pandemia cuando una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países. Tal como ha ocurrido desde marzo de este año cuando empezó la propagación del coronavirus.
Estos especialistas aseguran, en revistas especializadas, que la pandemia que vivimos, debe ser vista desde otro punto de vista y que tenemos que cambiar la manera de combatirla y no como se ha hecho hasta el momento en los más de 206 países del mundo.
En 1990 el médico estadounidense Merryl Singer, explicaba como dos o más enfermedades interactúan, de forma tal, que causan un daño mayor que la suma de dos enfermedades, lo cual es facilitado por condiciones sociales o ambientales y que hace que la población sea más vulnerable al impacto del virus, porque son personas que simultáneamente padecen cáncer, problemas cardíacos y obesidad.
Lo que se debe hacer, como Estados, es entender lo que pasa y poder así cambiar la manera de enfrentar el virus que nos afecta, que en un poco más de siete meses, ha cobrado más de un millón de vidas alrededor del globo terráqueo. En la revista especializada “The Lancet”, una de las más prestigiosas, habla de que lo que se debe combatir son las otras tres pandemias: obesidad, malnutrición y el cambio climático.
Por eso es que debemos cambiar nuestros hábitos alimenticios, que afectan tanto a países del primer mundo, donde abunda la obesidad, así como los del tercer mundo que se transforma en malnutrición. Pero donde queda el cambio climático en todo esto, es el calentamiento global que ha venido a cambiar la seguridad alimentaria y por ende potencia las otras pandemias mencionadas.
Lo que se ha hecho hasta el momento es tomar medidas para el distanciamiento social y así evitar la transmisión viral, pero no ha sido lo totalmente efectivo esperado. El lavado de manos y los estados de calamidad no han logrado su cometido y únicamente han generado muchos problemas sociales y económicos que afectan a las sociedades más vulnerables.
Lo que recomienda la revista The Lancet, de origen británico, pero con oficinas editoriales en Londres, Inglaterra, Nueva York, Estados Unidos y Beijing, China, es que la pandemia del Covid-19, se debe de ver, desde el punto de vista de la inequidad sanitaria, el estrés o la violencia social, así como la pobreza, especialmente en los países latinoamericanos y africanos.
En nuestros países los responsables de la pobreza, son los politiqueros que se han apropiado de las instituciones públicas y con sus actos de corrupción son los que nos quitan la oportunidad de mantener un desarrollo social y económico que no permite tener acceso a la salud pública, infraestructura, educación y trabajo.
Esto es lo que debemos cambiar, debemos crear políticas públicas de Estado, que cambien la situación que se viven en estos países, en este caso Guatemala, que se ha visto afectada, por tener una clase política, que no busca el bien común, si no que únicamente llenarse los bolsillos, al llegar a puestos públicos, para convertirse en los nuevos ricos que saludan con sombrero ajeno o sea con nuestros impuestos.
No se puede eliminar el coronavirus, sin luchar contra otras enfermedades no contagiosas y si no se actúa para cambiar esta realidad, tampoco podremos contener el Covid-19, debemos ver el contexto social en el que se vive y tratar que las personas, tengan una dieta adecuada, lo cual los deja vulnerables porque no tienen acceso a una buena alimentación.
En nuestro país mueren diariamente seis niños con problemas de desnutrición, lo cual sumado es totalmente preocupante y sobre todo lamentable, porque somos un país netamente agrícola que no tiene las políticas necesarias para tener una seguridad alimentaria para la mayoría de su población.