Por Grecia Ortíz
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Originario de Huehuetenango, Rudy Sánchez encontró en Estados Unidos el éxito y un mundo de oportunidades que le permitieron destacarse en su trabajo gracias a su esfuerzo, dedicación y con la meta puesta en su enorme deseo de volver dentro de algún tiempo a Guatemala.
En entrevista para La Hora Voz del Migrante, el guatemalteco comentó que se sintió motivado a contar su historia al leer de su amigo Esaú Diéguez, con quien conversamos hace algunas semanas.
Rudy explicó que migró hacia Estados Unidos en 1990 y cuando lo hizo no pensó que se quedaría por mucho tiempo como al final sucedió.
“Veníamos con la intención de conocer, pasear y estar un máximo de un año y pasaron ciertas cosas y al final cada uno siguió por su lado”, mencionó.
Él migro junto a otras personas, quienes se trasladaron a diferentes lugares de Estados Unidos y ahora, luego de varios años aún se mantienen en contacto con ellos.
Su primera impresión de Estados Unidos dice que era diferente a lo que piensa ahora y con el tiempo se adaptó.
TRABAJA EN UNA EMPRESA EN DONDE VENDEN ALFOMBRAS PERSAS Y ANTIGUEDADES
Rudy empezó haciendo trabajos de jardinería, limpieza, pero días antes de retornar a Guatemala, conoció una compañía en donde le ofrecieron trabajo, “me dijeron que me quedará y decidí quedarme”.
Desde entonces, contó que trabaja en una empresa en donde venden alfombras persas y antigüedades, entre cuadros antiguos, ahora dice que le gusta la cultura iraní, porque entiende cómo hacen sus alfombras y el talento que usan para elaborarlas, “lo que ellos sienten lo ponen en una alfombra y cada alfombra tiene quien la hace, la edad, el origen, todo eso”.
Esos detalles le gustaron y fue aprendiendo más sobre esta actividad, ahora tiene su propia línea de negocios, aspecto del que se siente orgulloso, porque recordó que proviene de una familia humilde y que su papá era comerciante y que le gustaban los negocios.
AYUDABA A SUS PAPÁS EN LOS NEGOCIOS Y TAMBIÉN ESTUDIABA
El guatemalteco termino una carrera de Perito en Administración Pública y como estudiante ayudaba a sus padres en los negocios y al mismo tiempo empezaba a introducirse al boxeo, un deporte que marco su vida.
“Así empecé a representar a Guatemala en lo que fue desde el año 1980 hasta el 1988 cuando fui campeón nacional de ahí empecé a representar a Guatemala en torneos internacionales en lo que son Juegos Centroamericanos y del Caribe y en el año de 1988 me hice campeón nacional”, expresó.
El guatemalteco después decidió finalizar su carrera y fue cuando salió de Huehuetenango hacia Estados Unidos.
Cuando se estableció en ese país, buscó un gimnasio para volver a practicar boxeo y lo hizo por un tiempo, aunque finalmente se apartó de lo que tanto le gustaba y se concentró en su trabajo.
Al año y cuatro meses de estar en Estados Unidos, dijo que ya había tramitado un permiso de trabajo, por él que pudo regresar a Guatemala y dado que era un buen trabajador volvió a Estados Unidos y tramitó sus papeles y así fue como se abrió camino a la ciudadanía.
En un futuro dijo que le gustaría volver a Guatemala y poner un negocio en Huehuetenango, “mi papá ha sido un hombre de negocios en toda su vida”.
SU MAMÁ LO IMPULSO A INICIAR EN EL BOXEO
Cuando el guatemalteco escuchó la historia de Diéguez, dice que se entusiasmó porque él vivió el boxeo y esa anécdota le permitió traer de vuelta recuerdos de sus años en Guatemala.
En sus tiempos libres, dice que le gusta entretenerse viendo artículos de los que adquiere su compañía, antes le gustaba salir y disfrutar el tiempo con su familia.
Rudy empezó a trabajar en esa empresa en el área de mantenimiento, pero su empeño y esfuerzo lo llevaron a mantener un trabajo en el que se encarga de muchas responsabilidades dentro de la tienda.
Sobre su pasión por el boxeo, recordó que fue su mamá quien le dijo que siempre quiso tener un boxeador y eso fue lo que lo impulso a iniciarse en el deporte, “tuvimos un buen entrenador que nos hizo salir adelante”.
Finalmente, mencionó que entiende que los migrantes llegan a ese país por necesidad y que deben dejar todo para superarse, “por eso hay que hacer todo”.