Por LORNE COOK
BRUSELAS
Agencia AP
La Unión Europea anunció hoy una profunda reestructuración de las normas para pedir asilo, con la esperanza de que sus países miembros compartan equitativamente la carga de absorber a la gran cantidad de migrantes que llegan a sus tierras.
La llegada de más de un millón de migrantes a Europa en el 2015, la mayoría refugiados de la guerra en Siria, desató una de las peores crisis políticas de la UE. El bloque, ahora de 27 naciones tras la salida británica, ha estado plagado de disputas sobre qué países deben hacerse responsables de los extranjeros y sobre si las naciones que no tienen salida al mar tienen la obligación de aceptarlos también.
Las disputas siguen a pesar de que el influjo de migrantes ha disminuido pronunciadamente en años recientes. Unas 140.000 personas llegaron a tierras europeas el año pasado comparado con 2 millones que inmigraron legalmente, según la Comisión Europea. Turquía, el Líbano y Jordania han tenido que absorber a muchos más.
Cada país ha reaccionado de manera distinta: algunos han erigido cercas con alambres de púas, otros simplemente ignoran los pedidos de auxilio de las atestadas balsas de migrantes en el Mediterráneo. Ha habido ocasiones en que los migrantes han sido abandonados a su suerte en las embarcaciones, en vez de permitirles entrar a puerto. En algunos países se han abierto procesos judiciales contra grupos asistenciales o ciudadanos privados que trataron de ayudar a los migrantes.
«El sistema antiguo para lidiar con este problema en Europa ya no funciona», expresó la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen.
El «Nuevo Pacto para la Migración y el Asilo» ofrece «un nuevo comienzo», añadió la funcionaria a reporteros en Bruselas.
«Queremos comportarnos a la altura de nuestros valores y al mismo tiempo encarar la realidad de un mundo globalizado», indicó von der Leyen.
La propuesta se basa en una idea bastante simple. Los miembros de la UE ayudarían a los países que más migrantes han recibido por mar —como Grecia, Italia, Malta y España— al absorber algunos de esos migrantes y además proveer apoyo logístico y económico.
Los países que no deseen participar podrán hacerse cargo de las deportaciones de los refugiados cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas. Esa opción podría ser aceptada por países como Austria, la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia, que tienden a ser renuentes a aceptar a los extranjeros. Hungría y Polonia incluso presentaron un pleito legal contra una propuesta para obligar a cada país a recibir una cuota de migrantes en 2015.