Es increíble la enorme capacidad que tienen las autoridades para realizar las cosas a la brava, sin adecuada planificación ni seriedad. Desde hace casi un mes se empezó a hablar de la apertura del aeropuerto para vuelos internacionales y los representantes de las líneas aéreas expresaron que preocupaba la ausencia de protocolos definidos para el reinicio de las actividades, tomando en cuenta que para vender boletos, sobre todo para gente que viene a Guatemala, era necesario conocer a detalle cuáles serían los requisitos exigidos por las autoridades.
Ayer en la mañana, por fin, apareció oficialmente en los sitios oficiales un documento con los requisitos, pero fue retirado poco tiempo después porque, según dijeron, era apenas un borrador. 24 horas antes del inicio de operaciones lo único disponible era un borrador de los protocolos y cuando horas más tarde, celebrando un “día histórico”, finalmente los dieron a conocer, resulta que no se pusieron de acuerdo en cómo expresar las cosas y hubo notorias contradicciones, inclusive en cuanto a si las personas que no llenaran todos los requisitos podrían entrar al país o se les vedaría el ingreso.
Define perfectamente el carácter de nuestras autoridades esta otra chambonada porque realmente es una vergüenza el comportamiento del Ministerio de Salud, de la Coprecovid, de la Dirección de Aeronáutica Civil y del Instituto Nacional de Migración, entidades que pudieron con tiempo y eficiencia definir con claridad los protocolos para trasladarlos anticipadamente a las líneas aéreas de manera que éstas pudieran expresar a los pasajeros que quieren venir a Guatemala los requisitos que deberían cumplirse. Hacerlo 24 horas antes del inicio de operaciones demuestra el absoluto desconocimiento de esas autoridades respecto a lo que significa la operación de las aerolíneas pero, sobre todo, su absoluta incapacidad para cumplir con las funciones que demanda una situación como la que estamos viviendo. Ni Aeronáutica ni Migración tienen la capacidad técnica para definir lo que se requiere desde el punto de vista sanitario, pero obviamente tampoco Salud Pública y Coprecovid atinan a orientar a las otras dependencias.
No extraña que sea tan bajo el nivel de confianza de la población en todo lo que se hace con la pandemia, empezando por las cifras oficiales sobre pruebas y casos detectados. El cambio de autoridades de Salud se supone que era para imprimir un ritmo diferente a las acciones oficiales frente al COVID-19, pero resulta que seguimos dando palos de ciego y en detalles como el de los protocolos para reabrir el aeropuerto La Aurora se pintan de cuerpo entero como equipos incapaces.