Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Desde este espacio he mencionado en varias ocasiones que Consuelo Porras se había propuesto hacer lo necesario para que el presidente Alejandro Giammattei la considerara para un segundo mandato al frente del Ministerio Público (MP).
En La Hora tomamos la información de informantes serios que nos dieron elementos para comprobar y que nosotros mismos corroboramos por otros medios y en ambos escenarios nos encontramos con la misma información y fue entonces cuando decidí abordar los intentos de Porras en busca de Consuelo para seguir en el MP.
Y para no dejar dudas, Porras avaló con su puño y letra una opinión por medio de la cual recriminaron al personal de la Fiscalía Contra la Impunidad (FECI) el haber pedido información a la Presidencia de la República en torno a un documento que emanó del Congreso y que los investigadores buscaban determinar la ruta que tuvo cuando se entregó en la presidencia. Tal documento tiene que ver con el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Considero que el acto de Porras merma la independencia con la que debe actuar quien dirige el ente investigador. Todos podemos tener simpatías y hasta amistades (Giammattei llama amiga a Consuelo Porras), pero esas relaciones no deben nublar el juicio a la hora de ejercer el oficio.
A Consuelo Porras la eligió Jimmy Morales con funciones muy claras que ha cumplido al píe de la letra y ahora ha cedido a las presiones de quienes se han sentido amenazados por las resoluciones de la Corte de Constitucionalidad (CC) en la elección de cortes, llegando al punto de cambiar su propio criterio, el que plasmó en una resolución cuando era magistrada de la CC.
Le han metido en la cabeza que tiene el chance de ser la única fiscal reelecta pero que “debe ser cordial” con el Presidente y su gente. Algunos en ese entorno presidencial juran que la prensa se interesa en el tema del IGSS porque el seguro social pauta en medios, pero la verdad es que el interés en que el IGSS se libere de las mafias y funcione correctamente no es de ahora sino de años atrás porque es una institución clave para el desarrollo humano de los guatemaltecos trabajadores.
El país necesita que sus instituciones avancen, que no retrocedan, librándose de añejas mafias en lugar de que las mafias se afiancen y por eso es vital que el MP juegue un papel digno y no pensando en una reelección. A Porras ya le tuvieron que recordar el camino al cielo pero sin duda alguna sigue ejerciendo acciones necesarias para despejar las dudas y confirmar que su vigilancia es una manera cordial de intentar no incomodar para, de paso, buscar su reelección a cualquier costa.
Tener un MP que entretiene, que vigila, que no hace respetar la autoridad de la CC, etc. es terrible para atraer inversiones al país porque entonces eso quiere decir que el ente fiscalizador no procurará que se aplique la ley, si no que dependerá de quién esté del otro lado para ver si acelera o refunde en sus fiscalías favoritas: delitos administrativos y ahora la transnacional.
Que duro debe ser para los fiscales saber que tienen una Jefa que los entrega porque se entrega a lo que no debe. Si doña Consuelo se quiere reelegir que sea por méritos y no por las chaquetearías que tanto desprecia el que todo lo ve.
Por el documento que firmaron los asesores, que validó Porras y que hizo público el IGSS en la denuncia, no se ve que al Presidente lo acusaran de nada, solo le requerían una información con las prácticas comunes que nos hacen a todos cuando se nos requieren algo.
A doña Consuelo se le cae la careta y es una pena su papel porque un MP entregado no ayuda para el rumbo que necesitamos como país.