MANAGUA
Agencia AP
El presidente nicaragüense Daniel Ortega confirmó ayer que está promoviendo una reforma legal para castigar con cadena perpetua a los opositores, a quienes acusó de cometer «crímenes de odio».
En un extenso discurso con motivo del 199 aniversario de la independencia, Ortega fustigó a los «delincuentes» y «peleles del imperialismo», en alusión a los opositores que protagonizaron enardecidas protestas sociales en 2018, las cuales fueron reprimidas con violencia por policías y paramilitares.
«Se sienten intocables porque se les dio una amnistía. Fíjense bien, bueno, ya se les dio la oportunidad de una amnistía, pero ya no habrá otra amnistía», afirmó en alusión a los más de 700 detenidos por participar en las protestas y que fueron excarcelados en 2018 y 2019.
Actualmente el Código Penal de Nicaragua establece 30 años de cárcel como pena máxima para los delitos más graves. En el país no existe pena de muerte ni cadena perpetua.
Al respecto, el excomandante de 74 años dijo que en el país no existe la pena de capital porque hay «un convenio internacional donde estamos comprometidos a no aplicar condena de muerte». Sin embargo, «no estamos comprometidos a no aplicar condena perpetua para los criminales», advirtió.
Ortega argumentó que durante las protestas de 2018 «se cometieron crímenes atroces» contra policías y activistas del gobernante Frente Sandinista, y reiteró que los opositores tuvieron apoyo de Estados Unidos para intentar un «fallido golpe de Estado» que supuestamente buscaba derrocarlo.
El mandatario dijo que la cadena perpetua se aplicará también a quienes cometan crímenes contra menores de edad, como el reciente asesinato y violación sexual de dos niñas de 10 y 12 años, ocurrido en la zona de Mulukukú, en el norte del país.
«Hay que fortalecer el Sistema Judicial y hay que instalar penas mayores para crímenes de odio, para crímenes mayores como estos que se han cometido contra estas niñas en el norte de nuestro país. Los crímenes de odio están siendo sancionados en todas partes y aquí no va a ser la excepción», indicó Ortega.
La decisión de reformar la ley para favorecer la cadena perpetua había sido anunciada el pasado lunes por la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, quien dijo que la enmienda será aprobada en el Parlamento, de mayoría sandinista.
Tras el anuncio, muchos recordaron en Nicaragua que el propio Ortega fue acusado en 1998 de abuso y violación sexual por su hijastra, Zoilamérica Ortega Murillo, hija biológica de la vicemandataria, en un escandaloso caso que terminó archivado por una jueza sandinista.
Líderes opositores reaccionaron con alarma ante el anuncio de Murillo, confirmado ahora por Ortega, porque aseguran que la reforma «será utilizada como una nueva herramienta de intimidación y represión» del gobierno contra sus adversarios.
Según la opositora Coalición Nacional, al menos 100 personas detenidas por manifestarse contra el gobierno y consideradas «presos políticos» permanecen todavía en prisión, muchas de ellas con condenas de hasta 10 y 20 años de cárcel.