Guatemala ha mantenido una permanente preocupación por la situación que nuestros migrantes enfrentan al recorrer territorio mexicano y en el momento en que se enfrentan a los grandes peligros como las condiciones climáticas del desierto, las largas caminatas o la ruta en el tren conocido como La Bestia, sumándole a esto la persecución de forma legal e ilegal de fuerzas de seguridad.
Pero siempre se ha comentado y ahora lo detalla el Procurador, que los abusos comienzan en casa con los delitos cometidos por elementos de la Policía Nacional Civil que le piden la mordida a los migrantes, no solo guatemaltecos, que intentan salir del país para realizar el famoso viaje “al norte”.
Por supuesto que tenemos que mantener una actitud determinada para solicitar protección y respeto a la vida de nuestros ciudadanos que están enfrentando estos retos en otros países, pero también sería conveniente que con mucha energía se tomen medidas para evitar que las autoridades chapinas sean parte del calvario que tienen que enfrentar quienes han tomado la determinación de buscar un futuro más prometedor que lo que se ofrece dentro de nuestras fronteras.
Ha sido casi una tradición que en los lugares marcados como pasos ciegos en las zonas fronterizas, se colocan estructuras de seguridad pública que se acomodan a quienes tienen el control de las redes que utilizan dichas áreas y se presume que participan en protección a los grupos criminales, porque a pesar de las conocidas cantidades de personas y drogas que sabemos que se trasladan por esas zonas, no se ven acciones con resultados de impacto contra dichas organizaciones delictivas.
Será importante que con la misma urgencia que estamos solicitando la protección, respeto y atención a nuestros ciudadanos en los otros países en que puedan encontrarse en su viaje, demostremos nosotros con los migrantes tanto guatemaltecos como foráneos que pasen por nuestras tierras.
Sería conveniente que se tomen de inmediato las cartas que el asunto amerita, para que con el aporte de los datos que se tenga tras la reciente visita del PDH, se puedan atender las situaciones que están denunciando. Se tiene que aplicar la ley a quienes de manera ilegal están transitando en el país, pero no se les puede seguir tratando como objeto de la mordida y explotación. Urge resolver con energía este problema.