El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence (derecha), sobre el escenario con el presidente, Donald Trump, tras su intervención en el tercer día de la Convención Nacional Republicana, en Baltimore. Foto La Hora/AP/Andrew Harnik.

Por ZEKE MILLER, JILL COLVIN y KEVIN FREKING
BALTIMORE, Maryland, EE. UU.
Agencia AP

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, defendió enérgicamente ayer a las fuerzas del orden pero no mencionó a los negros muertos a manos de la policía este año en su discurso ante la Convención Nacional Republicana, que se celebra en medio de nuevas protestas contra la injusticia racial luego de un nuevo tiroteo.

Pence, que fue el orador más destacado de la tercera de las cuatro jornadas de la convención, dijo que los líderes demócratas están permitiendo que el desgobierno prevalezca de costa a costa. Él y otros describieron ciudades devastadas por la violencia, a pesar de que la mayoría de las protestas han sido pacíficas.

«El pueblo estadounidense sabe que no tenemos que elegir entre respaldar a las fuerzas del orden y estar con nuestros vecinos afroestadounidenses para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades y pueblos», dijo. Atacó al aspirante demócrata a la presidencia, Joe Biden, por decir que en el país hay un «sesgo implícito» contra la gente de color y «racismo sistémico».

«La dura realidad es que (…) ustedes no estarán seguros en el Estados Unidos de Joe Biden», añadió Pence. «Permítanme ser claro: la violencia debe parar, ya sea en Minneapolis, Portland o Kenosha».

En sus 37 minutos de intervención, Pence no hizo mención directa a Jacob Blake, el hombre negro que fue herido por policías el domingo en Kenosha, Wisconsin. Tampoco hubo referencias a George Floyd, Breonna Taylor o a los afroestadounidenses asesinados por la policía este año, que provocaron un movimiento de protesta en toda la nación.

Con su convención a punto de terminar, los republicanos buscan reconciliar su descripción de Trump como un líder tranquilo y estable con la realidad de que Estados Unidos enfrenta una serie de crisis que incluyen las movilizaciones raciales, un huracán potencialmente catastrófico y una pandemia descontrolada que mata a más de 1.000 estadounidenses al día.

La convergencia histórica de emergencias de salud, económicas, ambientales y sociales no hace más que aumentar la presión sobre Trump, mientras él trata de redefinir los contornos de su campaña contra Biden a apenas 10 semanas del día de las elecciones, y a mucho menos del inicio de la votación anticipada.

Su discurso le dio a Pence otra oportunidad de demostrar su lealtad a Trump. El vicepresidente, que también es el presidente del grupo de trabajo de la Casa Blanca para la pandemia del coronavirus, defendió el manejo de la situación por parte del gobierno, una carga política que por lo demás ha estado ausente del programa de la convención. Pence ofreció además unas sobrias palabras de ánimo a los residentes en la costa del Golfo de México ante la cercanía del huracán Laura.

Posicionándose como el posible heredero de Trump en 2024, Pence lanzó algunos duros ataques a Biden al tiempo que mostró una visión optimista del futuro del país. Habló desde el Fuerte McHenry de Baltimore, donde una batalla en 1814 inspiró el himno nacional, que ha estado en el centro de un debate cultural alimentado por Trump por los atletas que se arrodillan durante su interpretación en protesta por la injusticia racial.

Trump realizó una aparición no anunciada para unirse a Pence sobre el escenario antes del himno. Los mandatarios y sus esposas saludaron después a los asistentes.

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