Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Debemos reconocer que los grupos de poder son expertos y no reconocerlo es no tener el panorama completo de lo que ocurre en la realidad. Sí hay una intención real de tener una Corte de Constitucionalidad (CC) a la medida pero, más que eso, ahora los que desean volver al pasado tienen como primera meta no elegir cortes porque la actual CC los obligó a cumplir con la Constitución (artículo 113) y eso representó una salida en falso para sus planes perfectos.

Ayer recibimos información de un lector, advirtiendo que había hecho de conocimiento de las autoridades el asunto, respecto a la relación existente entre alguien ahora sindicado de la justicia por defraudación aduanera, el diputado Felipe Alejos (férreo opositor de la autoridad de la CC y aliado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y un miembro de las Comisiones de Postulación mencionado por la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) en su trabajo investigativo.

Y los elementos compartidos con el lector terminan de hacer sentido a la actitud que varios en el Congreso tienen en contra de la CC y su firme intención de no elegir cortes independientes porque eso significaría que no podrían seguir manipulando a su sabor y antojo la justicia de este país.

Manipular la justicia es el enemigo número uno a la inversión privada, nacional o extranjera, y por eso no hay sentido de coherencia alguno cuando las cámaras empresariales presentan propuestas económicas (muchas que comparto) para reactivar, pero terminan siendo cómplices de los esfuerzos de gente en su afán de seguir maniatando la justicia.

Lo mismo ocurre con Consuelo Porras. Situaciones como la actual la ponen a ella en evidencia de andar de la mano con esfuerzos tan burdos como los que han emprendido los que desean volver al pasado y eso sin mencionar que la fiscal que provoca Desconsuelo presenta un antejuicio por una resolución que se vincula con otra que le fue favorable. Ella presentó amparo pidiendo que se repitiera el proceso de elección de cortes.

Esto es un llamado para toda la gente que está no solo harta de los radicalismos sino que no se identifica con aquellos que solo andan viendo el derecho de su nariz, que los hay en ambos lados. Para quienes quieren crecer integralmente pero que las actuales circunstancias se los hace tan complicado, para que abra los ojos y se de cuenta que han armado este “entuerto” simplemente para seguir fortaleciendo un sistema de impunidad.

No hay otra forma de llamarlo. Se le puede querer poner lipstick al cerdo (como dicen en EE. UU.) pero no hay manera de disfrazar la realidad. Para salir adelante, antes y más ahora con la pandemia, necesitamos un sistema de justicia que nos obligue a todos a jugar y operar bajo las mismas reglas.

El que no esté de acuerdo con algo tiene el sobrado derecho de manifestarse pero tiene la harta obligación de utilizar los caminos legales para intentar los cambios. Fomentar la Guatemala del “esta resolución no la cumplo por ilegal” es simplemente seguir allanando el camino del crimen organizado que no tardará en llegar a tocar la puerta a sus negocios sin preguntar mucho.

Seguir en esa ruta, es servir en bandeja de plata para que los radicalismos que tanto asustan sean la opción electoral por la que se decante el chapín que, harto de que unos le vean la cara, pueden optar para que se la sigan viendo pero otros y no los mismos de siempre.

Las mafias, los que ya pactaron y los que necesitan impunidad no pueden retroceder. Ya caminaron mucho y necesitan el amaño. Pero usted, que lucha y no se da por vencido, abra los ojos y dese cuenta a dónde nos llevan.

Quedarnos callados nos termina haciendo consentidores pasivos.

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