José Roberto Alejos Cámbara
Cuando ofrecí terminar la propuesta de una agenda para el dialogo urgente y necesario, no me imagine que los cambios en el ejecutivo iniciarían ya, desaparecen las secretarias relacionadas con los acuerdos de paz o derechos humanos, creando una sola entidad que une las funciones de todas, pero con un enfoque totalmente diferente. Que el MP siga sin pronunciarse en cuanto al tema de la C.C. y aun no creo lo que está pasando con el vicepresidente y un antejuicio que por más que él, como todo un caballero, no quiera hacer públicas las interioridades, allí están. Y menos que el ejecutivo presentaría una iniciativa de ley que confirma que la reforma ya inicio. Además de seguir con temas como las cortes no electas y los antejuicios a los cuestionados, y de nuevo el PDH vuele a ser don amparito.
Lo que quiero enfatizar es que ni el presidente, ni el Congreso están pensando en cambios basados en un dialogo, que pare la confrontación y que corrija todos los errores cometidos por los compromisos o por la coyuntura. El poder tiende a corromper y no podemos parar esto, si no regresamos a la intensión del constituyente, la división del poder, lograr períodos diferenciados y renovación parcial, fortalecer los pesos y contrapesos y los controles interorgánicos e intraorgánicos y entre otros temas, se logre la descentralización y el control de tutela.
Esta semana el TSE anuncia su iniciativa para la reforma a la Ley Electoral,
esperamos que lleve en su contenido la renovación por mitad del Congreso y regular reelección. Bajar el umbral de adhesiones para inscripción, Incorporar representación horizontal en Asambleas. (Mujeres, jóvenes, indígenas entre otros) la posibilidad de partidos departamentales que puedan ir creciendo regional y nacionalmente, las candidaturas independientes, en fin lo que salió de la CAME. La Ley de Régimen del O.L. Para evitar el trasfuguismo pero sin seguir debilitando a los partidos políticos, lo cual debe iniciar por desaparecer la instancia de jefes de bloque, como mínimo. Y como mencionamos antes, las leyes pendientes de la paz y la ley de orden público o seguiremos pagando las consecuencias. Y el ministro de Economía llevo también esta semana los temas urgentes del sector privado para incluirlos en la agenda.
Parafaciando textualmente a Richard Aitkenhead, para que no digan que somos los socialistas los de la idea, termino así: “es momento de impulsar reformas, cambios legales y nuevos rumbos indispensables. Es un buen momento para evaluar la fragilidad de los sistemas de salud y educación, y tomar acción para reformar su funcionamiento. Es momento de llegar a los acuerdos que permitan el fortalecimiento del sector justicia y del Estado de derecho. Es momento de evaluar las reformas que requiere nuestro sistema democrático e impulsar los cambios. En suma, es una oportunidad de cambiar la trayectoria actual y establecer la estructura que defina nuestro futuro. Los políticos deben entender que no pueden seguir con la inercia del pasado. Es momento de cambios, de cambios profundos.”
Pero nada funciona si no cambiamos la Ley de Servicio Civil, para evitar que los partidos políticos sigan siendo agencias de empleo, por meritocracia, por oposición, sin plazas fantasmas y sin cobrar las respectivas comisiones mensualmente.