Por JEFF MARTIN
ATLANTA
Agencia AP
Aclamado como el «padre fundador» de un Estados Unidos mejor y más justo, John Lewis fue elogiado el jueves por tres expresidentes y otras personalidades que exhortaron a los estadounidenses a continuar la obra del ícono de los derechos civiles en el combate a la injusticia en una época de protestas contra el racismo.
El añejo legislador incluso emitió su propio llamado a la acción en un ensayo escrito en sus últimos días, y cuya publicación solicitó a The New York Times para el día de su funeral. En ese mensaje, Lewis retó a la próxima generación a «dejar por fin las pesadas cargas del odio».
Después de casi una semana de ceremonias en las que los restos de Lewis fueron trasladados de su natal Alabama a la capital de la nación y después al cementerio donde descansarán en Atlanta, los dolientes con mascarillas para protegerse del coronavirus guardaron distanciamiento físico el jueves en las bancas en la histórica iglesia bautista Ebenezer de la ciudad, en la que fue pastor el reverendo Martin Luther King Jr.
El expresidente Barack Obama describió a Lewis como «un hombre de pura alegría y perseverancia inquebrantable» durante un encendido panegírico cargado de un profundo sentido personal y político. El primer presidente negro de la nación vinculó el legado de Lewis con la actual lucha contra quienes están «haciendo su máximo esfuerzo para desalentar a la gente de votar».
Obama pronunció sus palabras luego de semanas en las que el país ha sido escenario de protestas para exigir que se reconozca el racismo institucionalizado, y horas después de que el presidente Donald Trump insinuara aplazar los comicios de noviembre, algo que el mandatario no tiene la autoridad de hacer.
«Él como otros en nuestra historia acercó a este país un poco más hacia nuestros ideales más altos», afirmó Obama. «Y algún día, cuando terminemos esta larga travesía hacia la libertad, cuando formemos una unión más perfecta, sea que tardemos años o décadas, incluso otros dos siglos, John Lewis será un padre fundador de ese Estados Unidos más pleno, más justo y mejor».
El expresidente George W. Bush dijo que Lewis, que falleció el 17 de julio a los 80 años, predicó el Evangelio y vivió los ideales de ese texto, «insistiendo que el odio y el miedo debían ser respondidos con amor y esperanza».
El expresidente Jimmy Carter envió condolencias escritas, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, recordó cómo el cielo se llenó de listones de colores en Washington esta semana cuando Lewis era velado en el Capitolio federal.
«Hubo este doble arcoíris sobre el féretro», apuntó. «Él nos estaba diciendo: ‘estoy en casa en el cielo, estoy en casa en el cielo’. Siempre supimos que trabajó al lado de los ángeles, y hoy está con ellos».
Lewis era el menor y último sobreviviente de los Seis Grandes activistas por los derechos civiles encabezados por King. Lewis se hizo famoso por encabezar a manifestantes en una marcha a la que se le llamó «Domingo sangriento» en el puente Edmund Pettus en Selma, donde fue golpeado por policías estatales en Alabama.
Durante la ceremonia religiosa, el arco del legado del activismo de Lewis fue vinculado nuevamente a King, cuyos sermones Lewis descubrió cuando a los 15 años sintonizaba una radio y crecía en medio de la segregación en Alabama.
King continuó inspirando la labor de Lewis a favor de los derechos civiles durante los siguientes 65 años, en los que combatió la segregación durante marchas, en las afamadas protestas en autobuses por todo el sur, y después durante su largo periodo en el Congreso federal.
«Hay que meterse en problemas buenos, en problemas necesarios, y ayudar a redimir el alma de Estados Unidos», dijo Lewis en referencia a sus desencuentros con la ley. La frase fue repetida varias veces durante el funeral.
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Los periodistas de The Associated Press Ben Nadler en Atlanta y Jay Reeves en Birmingham, Alabama, contribuyeron a este despacho.