Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

El presidente anunció ayer en una actividad en el aeropuerto de Petén que el próximo domingo en cadena nacional dará a conocer a la población como funcionará la nueva “normalidad” y el sistema de semáforos que regirá a todos los municipios del país para volver a abrir la economía.

Creo pertinente explicar que la economía en Guatemala nunca cerró por completo.  Varias actividades económicas como el transporte pesado, las empresas de manufactura y distribución de alimentos, gasolineras, bancos, supermercados, mercados cantonales y maquilas, entre otras a las que el presidente llamó esenciales, permanecieron abiertas.  Las personas que viven de la economía informal, que agrupa aproximadamente al 70% de la población económicamente activa, también tuvieron que salir a la calle a trabajar y tratar de llevar algo de dinero a sus casas, ya que de lo contrario no hubiesen tenido dinero para subsistir.

Ahora que el presidente planea una reapertura del país luego de un muy cuestionado manejo de la pandemia, con hospitales temporales que abrieron tarde, que se han mantenido desabastecidos de los insumos necesarios y el equipo básico de protección para los médicos que allí laboran (a pesar de las reiteradas descalificaciones que han intentado hacerles tanto el exministro como su equipo de trabajo, y hasta el mismo presidente), con un manejo epidemiológico más que mediocre, donde la confusión y desinformación han sido una constante, y donde no se ha dado el debido seguimiento a los pacientes infectados de COVID-19 y sus círculos de contacto.  Además del cuestionable manejo de la pandemia y de que ya no se cree en las cifras que publica el Ministerio de Salud.  La tozudez de no querer hacer pruebas masivas no permite tener información confiable sobre el alcance real de la enfermedad en nuestro país.  El incremento de casos ya rebasó la capacidad de control de las autoridades y tiene a punto de colapsar nuestro precario sistema nacional de salud.  Es decir, la apertura vendrá en una etapa crítica de la pandemia en Guatemala.

Peor aún, no hay un plan serio de recuperación económica que pueda abordar tanto la crisis coyuntural causada por esta pandemia como las razones de fondo por las cuales nuestra economía se mantiene en un perenne estancamiento.  Construir algunas carreteras, hospitales (poniendo al frente a un exministro que a todas luces no ha dado la talla para gestionar proyectos), pintar escuelas y hacer castillos en el aire con la construcción de un segundo puerto en el Pacífico (Champerico) no es un plan coherente de recuperación económica.  No tiene pies ni cabeza.  Si en el campo donde se formó como profesional (la medicina), nuestro presidente ha tenido fallos de bulto por no dejarse asesorar, cómo puede uno esperar que en un área en la que no posee formación profesional (la economía) pueda sacar adelante al país, si encima se ha evidenciado que no se deja asesorar por personas que puedan, por lo menos, ampliarle el criterio a un presidente que lamentablemente por querer estar en todo no ha estado en nada.

 

 

Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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