El Presidente ayer se lavó las manos diciendo que el ataque a la CC que realizan sus diputados junto a los otros diputados comprometidos con la impunidad es un simple lío de juzgados que debe resolverse en esa instancia. No es cierto, porque lo que hay es un ataque directo y frontal al Orden Constitucional, ese mismo que según el artículo 268 de la Constitución tiene que proteger la CC que simplemente ordenó que se elija magistrados con apego a los requisitos de idoneidad y honorabilidad, mismos que por supuesto no pueden tener los que pactaron la cooptación de la justicia con Gustavo Alejos.
Desobedecer al Tribunal Constitucional es un serio delito porque implica una ruptura de ese Orden Constitucional cuya vigilancia le encomienda la Carta Magna. Y romper ese especial orden jurídico es un golpe de Estado porque atenta contra lo que da origen y sustento a todo nuestro sistema republicano basado en el imperio de la ley que no existe cuando perico de los palotes puede decidir si una resolución judicial le parece o no “legal”, sea ese perico el Presidente de la República o el de alguno de los otros poderes del Estado.
Giammattei como experto en leyes deja que desear y no entiende lo que está ocurriendo pero juega con fuego porque está comprometiendo seriamente el orden constitucional apañando lo que hacen sus diputados en alianza con los de Sandra Torres, de Mario Estrada y Zury Ríos, reforzados también por los que quieren promover la impunidad que evitará que algún día rindan cuentas por involucrarse en la corrupción.