Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Todos queremos y debemos verle las cosas positivas a una situación que como el COVID puede traer y las oportunidades que debemos capitalizar para el futuro, pero por ser optimistas no borramos ni podemos obviar una dura realidad.
El coronavirus nos vino a pegar en la nuca como país y para alguna gente está siendo como una tortura constante a pesar de los intentos del Presidente de sonreír en la conferencias de prensa, querer hacer algunas bromas o usar palabras campechanas, lo que no ha estado al tono de la situación que vivimos (quizá por no dimensionar estas cosas, es que terminó poniendo a Hugo Monroy y su equipo para hacer hospitales cuando ya sabemos que no tienen la capacidad indispensable).
Ser Presidencial es necesario en estos momentos. Sin duda muchos en el Gobierno han dormido poco y trabajado mucho y se valora el esfuerzo. No obstante, se necesitan seguir redoblando los esfuerzos para que la ayuda llegue a la gente, para que tengamos más pruebas de COVID-19 pero que las podamos procesar, mejoremos nuestra capacidad de atención hospitalaria y le demos data a la población que la haga cuidarse y así quizá romper el ritmo de contagios.
Económicamente, recuperarnos de los efectos del COVID-19 será posible sí y solo sí, tenemos la voluntad pero sobretodo las herramientas sobre las que podamos construir todos aquellos guatemaltecos que entendemos que esto lo debemos sacar juntos, con trabajo, con determinación y alrededor de lo que nos une más que lo que nos divide.
Y una de esas herramientas vitales es tener magistrados independientes. No habrá economía que se logre recuperar del golpe en la nuca que nos dio el COVID, si permitimos que se consuman los intentos de mafiosos intereses que están armando un pastel de impunidad.
Las situaciones de Gustavo y Felipe Alejos están siendo usadas como monedas de cambio, porque tras la operación de los actores que meten sus manos en la justicia, ahora la arena está en el Congreso y es ahí dónde este par pueden incidir. Gustavo tiene el ofrecimiento de Sandra para darle más votos y por eso es que Giammattei debe romper con esa alianza que sellaron para instalar la Junta Directiva del Legislativo.
Felipe está usando al magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Duarte para que éste le arme el tamal que lo deje en la impunidad de nuevo, pero lo están planeando bien porque desean conformar un pleno de la CSJ en la que quienes integren tengan el incentivo para jugársela por el diputado: su reelección.
La discusión es qué es primero, si el huevo o la gallina y quién confía en quién. Primero los eligen y luego conocen al antejuicio o si primero le otorgan impunidad al Vicepresidente del Congreso y este luego hace su trabajo para que sean reelectos. A las partes del antejuicio les notificarán en estos días así que los tiempos dan para maniobras.
Y por eso insisto, si la complicada situación del COVID nos dio duro, elegir de nuevo unas cortes cuya cepa sea la impunidad nos dará el tiro de gracia como país por una sencilla razón: piense que cuando quiera venir un inversionista a instalar su planta (dentro de las oportunidades se deberían presentar a futuro), alguien le deberá advertir que si por algo, su inversión requiere que algún asunto se dirima en las cortes, será necesario que hable con Gustavo, Felipe y los demás operadores que ya vieron la luz pública.
Con ese tipo de Estado de Derecho, solo un mafioso peor que ellos se querrá instalar aquí y ya sabemos que cuando a Guatemala vienen piratas a invertir, es la receta perfecta para seguir siendo un país que tiene todos los potenciales, pero que la maldita y asquerosa corrupción de algunos y del sistema en general, la condena de manera perpetua.