Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
La guatemalteca Marie André Destarac, Ph.D. en Robótica, conversó con La Hora desde la ciudad de Madrid España para contar cómo ha sido su vida en el extranjero y su experiencia ahora, cuando varias poblaciones del mundo han experimentado el confinamientos para prevenir el COVID-19, además, relata el proceso en el que se encuentran hacia la nueva normalidad.
Si bien se encuentra lejos de Guatemala, sabe lo que ocurre y entiende que este es un momento delicado, pero también señala que no debemos olvidar que si algo caracteriza a la gente del país, es el ingenio y positivismo, así que en esta pandemia es necesario sacar lo mejor de nosotros mismos y no olvidar de ser solidarios.
Destarac, quien llegó a España para superarse y continuar sus estudios enfocados en la Robótica, tiene varios años viviendo en el extranjero y en la actualidad trabaja en Marsi Bionics, una empresa española que surgió en la Agencia de Investigaciones Científicas del gobierno de ese país y que desarrolla exoesqueletos robóticos, en su caso enfocados en niños.
¿Cómo es que llega a España y se establece?
Llegué a España en septiembre 2011 para hacer una maestría en Robótica en Madrid. Aplique meses atrás para entrar al programa y en paralelo, envié una solicitud de beca. Fui aceptada en la Universidad Politécnica de Madrid y poco antes de irme a Madrid, supe que no me habían otorgado la beca.
Previendo que esto podía suceder, llevaba un tiempo ahorrando, así que decidí mudarme a España, empezar la maestría y seguir aplicando a becas. Al cabo de los meses, conseguí una del Ministerio de Educación de España.
Tenía pensado hacer el doctorado si se daba la oportunidad, así que cuando faltaba poco para concluir la maestría, aplique al doctorado y nuevamente busqué becas. Me aceptaron en el programa y gané una beca del Ministerio de Economía de España, que incluía un contrato laboral en una start-up española.
Fue así como me fui estableciendo en este país y este año cumplo 9 años de vivir aquí.
¿Cómo ha sido la experiencia de vivir en el extranjero?
La experiencia de vivir en el extranjero, y en particular en Madrid, ha sido linda y de un enorme aprendizaje. Estar tan lejos de nuestra familia, amigos y de todo aquello que nos es familiar nos obliga a crecer rápidamente de muchas maneras.
El encuentro con otras culturas, los conocimientos, las tradiciones de ese nuevo lugar nos hacen valorar mucho más las nuestras y abren nuestra mente de una manera permanente que nos invita a pensar y ver las cosas de otra manera.
¿En dónde trabaja actualmente? ¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?
Bionics, una empresa españolTrabajo en Marsia que surgió en la Agencia de Investigaciones Científicas del gobierno de España y que desarrolla exoesqueletos robóticos de pierna.
En mi caso, soy la Project Manager o Jefa del proyecto ATLAS, un exoesqueleto robótico para niños. El objetivo es ayudar a niños que no pueden caminar o que tienen dificultad para hacerlo. Lo que más disfruto de mi trabajo es verlos llegar en una silla de ruedas y en cuestión de minutos, ponerse de pie y caminar gracias al exoesqueleto que desarrollamos en Marsi Bionics. La felicidad de los papás y de los propios niños es el mejor premio a nuestro trabajo.
¿Por qué se interesó en la robótica y la ingeniería electrónica?
Es muy curiosa esa historia: en el colegio siempre pensé que iba a estudiar alguna carrera de Humanidades y mi familia pensaba igual, pero gracias a unos exámenes de orientación muy completos que me hizo una amiga de mi mamá que es psicóloga, surgió el tema de la Ingeniería Electrónica. Decidí hacerle caso a la recomendación que ella me hizo y me metí a estudiar esa carrera.
En el camino, descubrí lo mucho que la Ingeniería Electrónica le puede aportar a la medicina y uno de los proyectos en los que trabajé me hizo fijarme en la robótica: era una prótesis robótica de brazo. Ver lo mucho que podría ayudar a las personas con amputación me hizo darme cuenta qué había mucho campo por explorar allí, pero que tendría que irme de Guatemala.
Ninguna universidad ofrece un postgrado en robótica en nuestro país, así que la solución era buscar en el extranjero.
¿Cómo fue estar encerrada en casa en España, en qué empleaba su tiempo en casa durante la emergencia por el COVID-19?
Las primeras tres semanas fue duro y eso que tengo una perrita y los dueños de perros teníamos permiso de sacarlos a dar un paseo corto. Había mucha incertidumbre y las noticias que uno veía y escuchaba eran muy duras.
Psicológicamente fue difícil, pero decidí centrarme en lo positivo: tenía un techo, comida, comodidades, trabajo. Pasaba una buena parte del día trabajando desde la casa y el resto del tiempo decidí emplearlo en proyectos personales pendientes. Leí mucho en ese tiempo.
¿Qué opinión tiene del teletrabajo?
Creo que para muchas áreas y puestos puede resultar ventajoso. Además, permite compatibilizar otras responsabilidades y evita gastos de transporte, así como tiempo de desplazamiento y disminuye la contaminación.
Yo lo veo positivo siempre y cuando se pueda implementar. En un trabajo como el mío, muy técnico por un lado y clínico por otro, donde hay que probar, armar, etc., es imposible hacer todo en la casa al no tener las herramientas y recursos para ello.
¿Cómo califica la acción del gobierno español para contener la pandemia?
En general, las acciones que tomaron fueron correctas y necesarias para evitar mayores consecuencias. Como en todo, podría haberse mejorado, pero creo que las decisiones más difíciles fueron las indicadas para frenar la pandemia. Lo que me hubiera gustado es una mejor transmisión de la información, más clara y rigurosa.
¿Cómo fue la fase en la que se liberaron las medidas?
De mucha expectativa y alegría. La gente salió a las calles a hacer deporte, a caminar, a dar largos paseos… nunca había visto tanto corredores en las calles y creo que eso fue muy bueno. La gente necesitaba salir, reencontrarse con otros, ver vida en las calles.
¿Cómo es la nueva normalidad?
Es obligatorio el uso de mascarilla en espacios abiertos y cerrados donde no se puede garantizar la distancia de seguridad entre personas, así que es normal ver a la gente usándolas en todas partes, incluyendo el transporte público. Los restaurantes, cines, teatros y museos ya están abiertos, aunque tienen aforo limitado.
El menú de los restaurantes ya no se presenta en una carta, sino usando código QR. A la entrada de los supermercados hay guantes y es obligatorio usar mascarilla, así como aplicar gel desinfectante en las manos. Las tiendas y supermercados tienen marcas en el suelo que indican la distancia correcta a la que hay que colocarse en la fila.
¿Qué ha cambiado por ejemplo si compara de enero a la fecha? ¿Cómo es el ambiente?
Principalmente ha cambiado aspectos relacionados a la interacción entre humanos, porque ahora se evitan los abrazos, el acercarse demasiado, etc. Muchas personas tienen miedo de contagiarse y prefieren no salir de su casa o solamente para lo imprescindible, así que la venta de productos o servicios online ha crecido muchísimo.
Y el mayor cambio es el trabajar desde casa, que en España era una práctica poco aceptada y ahora muchísimas empresas lo tuvieron que habilitar. Otro cambio importante fue la educación, el recibir clases virtuales. El ambiente que se respira es de temor, de mucha incertidumbre.
¿En su trabajo qué cambio?
El primer cambio fue el teletrabajo durante los dos meses y medio que estuvimos en confinamiento absoluto. Después, volvimos a la oficina y los cambios que se implementaron es que se formaron dos turnos de trabajo para evitar aglomeración de personas, se clausuraron zonas comunes como las salas de reuniones y la zona de comedor, es obligatorio usar mascarilla al hablar con un compañero, se implementó un día a la semana de teletrabajo y la separación de los puestos de trabajo, y finalmente se redujo la jornada.
En cuanto a las sesiones de terapias con los niños, los cambios es que todo el equipo, excepto el paciente, debemos usar mascarillas y guantes durante las sesiones. Todo lo que se usa se desinfecta después de cada uso.
¿Hay pruebas disponibles para todos ahora?
Sí, las hay, tanto en el sector sanitario público como en el privado.
¿Qué mensaje les envía a los guatemaltecos desde España?
Sé que en nuestro país se está viviendo un momento muy delicado, pero no debemos olvidar que si algo nos caracteriza es el ingenio y el positivismo. Que esta epidemia saque lo mejor de nosotros mismos y ante todo, no olvidemos ser solidarios con lo que esté a nuestro alcance.
¿Qué recomendaciones cree que debemos seguir en Guatemala y para que las personas comprendan la dimensión de la pandemia?
Lo importante es seguir las recomendaciones básicas: quedarse en casa si no es imprescindible salir. Si es necesario hacerlo, mantener la distancia de seguridad con los demás, usar la mascarilla correctamente y lavarse seguido las manos. Para comprender la dimensión de la pandemia, basta ver lo que ha sucedido en países mucho más poblados que Guatemala, como Brasil o Estados Unidos. No deben cometerse esos mismos errores.
¿Cuál cree que es el mayor desafió para Guatemala?
La precariedad del sistema de salud público y el impacto económico, especialmente en el sector informal.
¿Qué actividades recomienda mientras las personas están en casa para aprovechar?
Mantener la mente ocupada es importante, así que puede ser un buen momento para aprender otro idioma, para leer aquellos libros pendientes, escuchar detenidamente música nueva o empezar ese proyecto que lleva en pausa mucho tiempo. En mi caso, aproveché a perfeccionar el inglés con clases privadas a distancia con una profesora y retomé un proyecto personal, que era escanear las fotografías antiguas que tengo de mi familia.