Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

En esta misma semana cuando hemos visto desesperados llamados de doctores del país pidiendo apoyo a las autoridades porque los hospitales de los que forman parte han colapsado para atender pacientes de COVID-19, terminamos los días laborales con una fiesta que pinta el actuar de muchos en la sociedad para quienes las reglas son solo la mejor excusa para hacer la trampa que permita burlarlas.

Los casos van en aumento, como país no atinamos a aplanar la curva y la explicación se empieza a ver muy sencilla. Y es que mucha gente no está asumiendo la responsabilidad que nos compete como individuos. La gran mayoría está haciendo su parte pero los deberes que otros están dejando de hacer nos pasa factura a todos.

Debemos estar claros que de esto casi todos nos vamos a enfermar hasta que salga la vacuna, pero la idea es no enfermarse en momentos de saturación del Sistema de Salud (público y privado), porque si bien es cierto que una inmensa mayoría son asintomáticos, hay un número importante de personas que termina necesitando atención hospitalaria de todo tipo. Lastimosamente, como las autoridades no dan datos precisos, no podemos saber a ciencia cierta tales cantidades y proporciones.

Se ha sabido de personas con casos confirmados como positivos en edificios privados, que se han paseado sin mascarilla por las áreas sociales argumentando que al ser asintomáticos no ven nada de malo que anden saliendo de su apartamento, a lo que se suman los que usan la mascarilla como bufanda y dicen que eso de la distancia de 1.5 o 2 metros es “pura paja”.

Todos estamos hartos del encierro, estamos cansados de sentir tanta preocupación por la asfixia financiera que una enfermedad como esta genera y estamos muy al pendiente de los efectos sociales que esto tendrá en una ya golpeada sociedad que cuenta por millones a los pobres de este país, pero más que rebeliones necesitamos responsabilidad.

Mientras más rápido logremos aplanar la curva de verdad (y digo de verdad porque se hacen esfuerzos para que hagamos más pruebas y eso hará que los casos crezcan en el corto plazo una vez se logre), más rápido podremos ir saliendo de esto que se ha alargado tanto por falta de planificación.

Enfrentar una pandemia no es fácil para nadie, pero muchas de las autoridades de Salud se pasaron varios meses más preocupados por cómo hacían negocio que por planear lo absolutamente necesario y sino que le pregunten al ministro Hugo Monroy y a su viceministra Irma Quiroa.

Y el que no se cumplan con las disposiciones, es la excusa perfecta que necesitan algunas autoridades como las arriba mencionadas, para “justificar” su pésima conducta durante esta emergencia. Se han caído eventos en los que no lograron “coronar la vueltica” para la sobra, no trasladan información precisa, lo que ha erosionado la confianza ciudadana y de la nada quieren “contar” de 38 muertos que por una “falla técnica” no había reportado.

Esto nos demanda lo mejor de todos y cualquier cosa menor a eso nos agravará más la situación. Los ciudadanos debemos asumir nuestro rol y lo mismo es para las autoridades. En estos momentos, Salud y Gobernación tienen las mayores explicaciones que dar, la primera por lo ya expuesto y la segunda porque resulta que en la fiesta de Carretera a El Salvador, hoy no tienen a ningún responsable de la misma a pesar que ayer dijeron que se “actuó con la fuerza pública”, pero excusan que la gente salió corriendo y no pudieron agarrar a nadie, lo que provocó que “salieran fresh” como explicó un invitado.

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