Por Margarita Girón
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En los últimos días, se ha observado a grupos de personas que, con bandera blanca, han salido a las calles y avenidas aledañas a sus lugares de residencia, para solicitar ayuda y alimentos, ante la crisis provocada por el coronavirus COVID-19 en el país.
Además de otros casos, en donde las familias guatemaltecas han requerido ayuda, La Hora documentó el caso de la familia Ecuté, quienes desde Fraijanes, guardan la esperanza que la ayuda del Gobierno llegue a su hogar para hacer frente a los efectos de las medidas de restricción que buscan evitar la propagación del coronavirus.
Como en el caso de la familia Ecuté, son varias familias que ante la falta de ayuda gubernamental han salido en busca de la solidaridad guatemalteca que, pese a la crisis ha acudido al llamado de quienes se encuentran afectados ante la falta de ingresos por las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia.
Analistas consultados por La Hora manifestaron que la situación de las personas que han salido a las calles evidencia las falencias y el retardo del Estado para atender a la población y destacan el papel de la sociedad guatemalteca que se ha volcado para ayudar a quienes lo necesitan.
UDEFEGUA: ESTADO NO ES CAPAZ DE ATENDER A LA POBLACIÓN
Jorge Santos, director de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala (Udefegua), expresó que lo que evidencia la situación de las personas que han salido a las calles para pedir ayuda con alimentos, es una profundización de males que estaban allí, antes de la emergencia. Agregó que, las banderas blancas y el atraso de los programas sociales que deben llegar a la población más necesitada, denotan la condición de un Estado que se ha debilitado durante muchas décadas y que no es capaz de atender a la población.
“Estamos hablando de una población que antes del ingreso de la pandemia; casi el 60 por ciento, ya subsistía en condiciones de pobreza y el 23 por ciento, en extrema pobreza. Es ante estas condiciones, que se está viviendo la pandemia que está afectando a tantas personas”, destacó Santos.
Agregó que, se está corriendo a marchas forzadas, pretendiendo implementar programas sociales que muchos de ellos van a responder a esquemas clientelares y que reforzarán los mecanismos corruptos ya conocidos por todos.
A decir de Santos, el hecho que la población se solidarice con las personas y traslade ayuda, incluso antes que el propio Estado, denota que, en varios eventos de crisis como la erupción del volcán de Fuego, eventos sísmicos y huracanes, la sociedad guatemalteca ha sido capaz de organizarse y atender las diferentes problemáticas antes que el Gobierno.
“Yo creo que, al salir de todo esto, la enorme reflexión que todos debemos tener es que, estamos frente a un Estado que es incapaz de atender a la población y por lo tanto es necesario construir un Estado que responda a los intereses de las personas y no a los intereses que se están priorizando”, añadió el entrevistado.
De acuerdo con Santos, en esta crisis se están priorizando los grandes capitales, por encima de la vida, integridad física, alimentación de los ciudadanos guatemaltecos.
“El llamado es a que la población pueda mantener esos esquemas de solidaridad y de humanidad, pero pensando en que un futuro no se puede permitir que esta situación subsista”, puntualizó Santos.
CHAULÓN VÉLEZ: SOLIDARIDAD COMUNITARIA PUEDE SACAR ADELANTE A LOS DESPROTEGIDOS
Mauricio José Chaulón Vélez, historiador y antropólogo social, quien, además es profesor y académico de la Escuela de Historia de la USAC, señaló que la situación de las personas que han solicitado el apoyo a través de las banderas blancas, es la evidencia de un modelo económico que nunca ha estado para el bien común y el favor de la gente.
Chaulón, señaló que el actuar del Estado, da a entender que no está para las grandes mayorías, sino para atender a intereses de los grandes capitales y como se ha demostrado a lo largo de la historia, es la fuerza del tejido social colectivo y la solidaridad comunitaria quienes pueden sacar adelante a los pueblos que se encuentran desprotegidos.
“Cuando este modelo económico entra en crisis, golpea principalmente a las grandes mayorías desposeídas, que viven al día y que tienen que subsistir con trabajos temporales, que no han tenido acceso a una profesión y como consecuencia de ello, un trabajo estable. Entonces, cualquier crisis económica, ya sea una pandemia, sequía prolongada o cualquier otra situación, va a golpear directamente a esta población que siempre vive en riesgo económico”, detalló Chaulón.
El académico agregó que son grandes grupos de personas quienes están en riesgo y cuando la recesión económica viene, las personas vulnerables no tienen medios para subsistir y se convierten en el reflejo de un modelo económico que le ha negado el acceso a una vida digna.
Chaulón destacó el trabajo que organizaciones sociales altruistas han emprendido para atender las necesidades de los guatemaltecos en situación de vulnerabilidad, “llama la atención porque el Presidente les llama acarreados, pero ellos solo evidencian las contradicciones del sistema”, detalló.
“Las políticas que está aplicando el Gobierno no son realmente políticas para solucionar la situación de los grupos que viven en riesgo constante, sino son únicamente para paliar por un momento la condición, pero no solucionan, son políticas de ayuda y no de solución”, enfatizó el entrevistado.
ASIES: LA AYUDA ES LENTA
Luis Linares, director del Área laboral, Municipalismo, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), destacó que el problema es la “enorme” cantidad de personas que necesita ayuda y que vive en situación de pobreza y que ante la crisis no tiene la posibilidad de generar ingresos o lo tiene durante un número reducido de horas, sumado a la lentitud de la ejecución de los programas de ayuda.
Linares agregó, que los fondos con los que cuenta el Gobierno para atender a la población son insuficientes para atender a la mayoría de la población que se ha visto afectada con la crisis del coronavirus.
“La ayuda es lenta y la selección de los beneficiarios de algunos programas como el Bono Familiar, es el más fácil, pero no es el más adecuado, porque mucha gente arrenda vivienda y los contadores están a nombre de los propietarios. Pero el problema también es pensar en qué método utilizar para la entrega de la ayuda”, detalló Linares.
Linares reiteró que el proceso de los programas va “muy lento”, con relación al tiempo que tienen las personas viviendo en confinamiento, “es un tiempo demasiado largo para familias que viven al día”, agregó.
Además, destacó que la sociedad guatemalteca, al ayudar a las personas en condición vulnerable están supliendo la ausencia del Gobierno y lo correcto sería que los grupos de voluntarios recibieran apoyo y el Gobierno provea los recursos.