Por JAN OLSEN, NICOLE WINFIELD y MIKE CORDER
COPENHAGUE
Agencia AP
El desafío de cuidar a los ancianos y educar a los jóvenes en medio de la devastadora pandemia del coronavirus quedó expuesto el miércoles mientras la policía italiana investigaba decenas de muertes en la residencia de mayores más grandes del país y Dinamarca empezaba a reabrir sus escuelas para los estudiantes más pequeños.
En todo el mundo surgen alarmantes cifras de fallecidos en asilos, que a menudo no se incluyen en los datos oficiales de víctimas del coronavirus porque a sus residentes no se les hace la prueba. En Estados Unidos, un conteo de The Associated Press indica que al menos 4.300 decesos están relacionados con hogares para mayores y centros de atención a largo plazo en todo el país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estaba en el punto de mira luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la suspensión su aportación a la agencia de salud de Naciones Unidas en espera de una revisión de sus advertencias sobre el coronavirus y China. Trump, cuya respuesta a la pandemia ha sido cuestionada, criticó al organismo por no hacer sonar las alarmas antes.
Una investigación de la AP halló que una demora de seis días _ desde el 14 de enero al 20 _ por parte de China a la hora de alertar a la población sobre los crecientes peligros del virus prepararon el escenario para una pandemia que ha afectado a las vidas de millones de personas, golpeó a la economía global y se cobró cerca de 127.000 vidas.
La policía de Milán registró el martes las instalaciones del Pio Albergho Trivulzio, con capacidad para 1.000 camas y donde 143 personas murieron en el último mes. La fiscalía abrió una investigación después de que el personal se quejó de que la dirección prohibió que médicos y enfermeras llevasen mascarilla por miedo a alarmar a los residentes. El centro insistió en que siguió todos los protocolos de seguridad y dijo que coopera con la pesquisa.
Caroline Abrahams, directora de la ONG Age U.K., señaló que el conteo diario de víctimas del coronavirus del gobierno «elimina a las personas mayores como si no importasen».
Los Institutos Nacionales de Salud de Italia lanzaron también una inspección sobre los decesos en los asilos del país que, según su última actualización, ascendían a 3.859 hasta el 6 de abril, o el 8,4% de los residentes, aunque no hay indicios de cómo se compara con años anteriores.
El papa Francisco abordó su complicada situación el miércoles en su misa matinal en la Residencia Santa Marta, donde vive.
«Hoy rezamos por todos los mayores, especialmente por aquellos que están aislados en las residencias de ancianos», dijo. «Tienen miedo, miedo de morir solos, sienten esta pandemia como algo agresivo. Ellos son nuestras raíces, nuestra historia, ellos nos dieron la fe, las tradiciones, una sensación de pertenencia a una nación».
Aunque en muchos países las escuelas siguen cerradas, Dinamarca permitió el miércoles la vuelta a las aulas de los más pequeños, desde preescolar a quinto grado. Los alumnos más mayores deben seguir estudiando online desde sus casas.
«Estoy muy impresionada. Los niños están muy contentos por ver a sus amigos de nuevo», señaló la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, a la televisora TV2 mientras asistía al primer día de clases en Valby, un suburbio de la capital, Copenhague.
En Bruselas, la comisión ejecutiva de la Unión Europea se reunió para preparar una posible estrategia de salida que revierta las cuarentenas y restricciones en el bloque de 27 naciones. La UE busca crear una hoja de ruta para sus miembros basada en el asesoramiento científico para evitar el caos que supondría que cada nación cree su propio mosaico de normas y fechas.
En Corea del Sur, las elecciones parlamentarias se celebraron el miércoles según lo previsto y ofrecieron una idea de lo que podría ser el futuro postconfinamiento, con los votantes depositando sus boletas bajo la atenta supervisión de trabajadores electorales con mascarillas y armados con termómetros y espray desinfectante.
Estados Unidos es, de lejos, el país más afectado por la pandemia, con más de 26.000 decesos y más de 609.000 casos confirmados, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Aunque la crisis está lejos de terminar, los escenarios que predicen un número más elevado de muertos y hospitalizaciones no se han cumplido, elevando las esperanzas de costa a costa.
En la mayoría de los casos, el coronavirus provoca síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero en otros, especialmente en gente mayor o con enfermedades previas, puede presentar cuadros más graves y provocar la muerte.
En todo el mundo se han confirmado casi dos millones de contagios y se reportaron más de 126.000 fallecimientos, según Johns Hopkins. Las cifras no responden a la verdadera magnitud de la pandemia por el acceso limitado a las pruebas, las diferencias en los métodos de conteo de los muertos y la opacidad de algunos gobiernos.