Julio García-Merlos G.

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Julio R. García-Merlos G.
@jgarciamerlos

Esta crisis nos reta a todos. Muchos pierden a sus seres queridos, empleos, planes o negocios y al mismo tiempo están lidiando con la necesidad de prevenir o combatir el COVID-19 y/o otras enfermedades, de proveerse el sustento diario, la presión de mantener una empresa y tratar de conservar los empleos cuando la demanda de bienes y servicios ha caído dramáticamente. Todos nos veremos afectados, en mayor o menor medida, por ello es importante mantener un espíritu estoico, meditar sobre las cosas que están bajo nuestro control y diferenciarlas de aquellas que no dependen de nosotros.

Sobre esto, consideraba Epícteto: “(…) algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Las cosas bajo nuestro control son opinión, persecución, deseo, aversión y, en una palabra, lo que sea que sean nuestras propias acciones. Las cosas que no están bajo nuestro control son el cuerpo, la propiedad, la reputación, el mando y, en una palabra, lo que no son nuestras acciones”.

Hoy cobra mayor relevancia el desarrollo de nuestra capacidad para hacer esta distinción y habiendo definido sobre que podemos tener incidencia, ser creativos, discutir con socios, empleados, clientes, gobierno, incluso con la competencia y buscar creativamente soluciones; las que muy probablemente van ser temporales. ¿Estamos conscientes que son nuestros pensamientos los que nos llevan a la acción? ¿Qué nos motiva? ¿Qué puedo hacer ante los problemas que tengo que resolver?

Son diversas las preocupaciones que tenemos, sin embargo, no nos tenemos que dejar vencer por agobio y el negativismo, por el contrario, debemos enfocar nuestros esfuerzos para enfrentar de mejor manera los retos que representa esta situación. Veamos algunos ejemplos:

– Decenas de compañías chinas operadoras de hoteles, restaurantes y otros negocios abiertos al público firmaron convenios con la cadena de supermercados Hema, propiedad de Alibaba. El acuerdo fue reubicar a los trabajadores de sectores que estaban cerrados temporalmente y transferirlos a los supermercados para que éstos pudieran satisfacer la demanda de compras online.

– Empresas de cosméticos que cerraron tiendas trasladaron a sus empleados a la atención de la modalidad online y sus fábricas también producen alcohol para atender la demanda que produce la crisis sanitaria.

– Startups de tecnología, acostumbradas a sobrevivir en un ecosistema de constante innovación, están adaptando sus servicios para que sean de utilidad durante esta crisis.

– Rivercap, una compañía española, dejó de utilizar el correo electrónico para usar un tablero electrónico que permite el acceso generalizado a la información de un mismo proyecto, haciendo más eficiente el teletrabajo. Estas plataformas de trabajo en colaboración son herramientas que pueden generar una nueva dinámica, no solo para esta crisis, sino hacer más eficiente el trabajo en equipo.

– Varias empresas guatemaltecas están invirtiendo en plataformas tecnológicas, redes sociales y habilitando Whatsapp Business para mantener una buena comunicación con sus clientes. El parque ecológico Green Rush está vendiendo a precio especial paquetes de visita para cobrar en el futuro con el objetivo de recaudar dinero para preservar la fauna y la flora de ese sitio.

Empresas, instituciones de gobierno, universidades, prácticamente todas las organizaciones pueden encontrar en esta crisis una oportunidad de mejora. Es importante que todas las relaciones comerciales, laborales y profesionales busquen soluciones gana-gana (aunque pudiera parecer un pierde-pierde en estos momentos), para que al terminar la crisis la relación se haya fortalecido. Aquellos que se quieran aprovechar de la crisis, verán afectadas sus relaciones a largo plazo. En las crisis se ponen a prueba los valores, son momentos de la verdad y por ello aquellas interdependencias que logren subsistir, habrán ganado el activo intangible de fortalecer una relación. Habrá un incremento de la presencia de la tecnología en nuestras vidas que nos ayudará a ser más eficientes, a mejorar como sociedad, a ahorrar tiempo y recursos.

Veamos esta crisis como una oportunidad de mejora en el plano personal, en invertir en todos aquellos activos inttangibles que siempre relegamos, podemos planificar, ordenar, cuidar la salud y las relaciones, dedicarle tiempo al estudio y formación, sobre todo ahora que hay muchas capacitaciones gratuitas en línea. Se pone a prueba nuestra capacidad de adaptación, pero también nuestro sentido de comunidad, tomamos mayor conciencia sobre el hecho que todos dependemos de las acciones de los demás, que nuestra vida gregaria no es más que una cadena de acciones diarias sobre las que no meditamos y muchas veces no valoramos.

Seguramente después de esta crisis habrán mejores empresas, mejores organizaciones y sobre todo, mejores seres humanos.

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