Francisco Cáceres Barrios
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En el libro “La segunda Guerra Mundial” escrito por Winston S. Churchill encontré algo oportuno para traer a cuenta ahora que el país se encuentra en guerra, no contra un país o ideología alguna sino contra el coronavirus Covid-19. La cita dice así: “Muchos factores contribuyen a levantar la moral de un ejército, pero uno de los principales es mantener a los hombres ocupados en trabajos útiles e interesantes”. La inactividad es un caldo de cultivo peligroso. Creo que algo por el estilo está pasando con los diputados en estos tiempos, pues en vez de ponerse a trabajar de lleno en asuntos o temas que debieran de servir de mucho provecho al país y a sus habitantes. Ahora que estamos inmersos en esta gran batalla, se mantienen perdiendo el tiempo, el que mejor debieran emplear en beneficio de la población que les paga con sus impuestos una remuneración cuantiosa e improductiva, en vez de andar agitando el cotarro con tal de “salir en la foto” promoviendo actos politiqueros sin ningún provecho o positivo resultado.
¿Podrá tener algo de utilidad que los diputados anden por las calles en estado de ebriedad, dentro del horario del toque de queda, diciendo que lo hacen para fiscalizar la seguridad que brindan las fuerzas policiales? ¿Será útil plantear un recurso de amparo ante la Corte de Constitucionalidad para que el presidente Giammattei “garantice el acceso al agua y de la energía eléctrica mientras dure el decretado Estado de Calamidad actualmente vigente”, sabiendo los problemas del país que fue a encontrar, hace apenas dos meses que asumió el mandato? ¿Contribuirá para el mejor y más efectivo combate en nuestro país de dicha pandemia eso que un diputado convoque a una conferencia de prensa para sembrar dudas entre la población de que se podrían estar falseando los datos sobre la verdadera causa de muerte de unos pacientes en que se les consignó el diagnóstico de “neumonía atípica” cuando bien podrían ser consecuencia del coronavirus?
Comportamientos como estos no son más que querer agarrar el rábano por las hojas. Eso, es perder el tiempo en momentos en que hoy más que nunca necesitamos que funcionarios, diputados y empleados del Estado cumplan con sus deberes. Eso, es seguir pagando impuestos sin que la enorme maquinaria de los tres organismos, sumándose las entidades autónomas o descentralizadas, sigan sin retribuir nuestras contribuciones con buenos y eficientes servicios públicos, que por ley están obligados a prestar. Solo ponerse a hacer señalamientos basados en suposiciones, bolas difundidas anónimamente por las redes sociales o simplemente por chismes no cuesta nada, mientras tanto, ¿por qué no fiscalizar técnica y eficientemente a la Contraloría de Cuentas para corroborar que no cumple con sus deberes y legislar de tal forma que sí lo hagan?, ¿por qué no fiscalizar a la educación pública para que por ningún motivo se vaya a detener la culturización y mejor formación de los futuros ciudadanos?