Walter Juárez Estrada
Los Presidentes de Honduras, El Salvador y Guatemala coinciden en decir que, el Parlamento Centroamericano debe cambiar para hacerlo eficaz y no una madriguera de políticos que solo buscan beneficios personales, desvirtuando los objetivos para el que fue creado, para tener una similitud con los parlamentos de otros países, especialmente el europeo, pero desde su creación hace varias décadas, no se le conoce nada que vaya en beneficio de la región centroamericana y de los países que lo conforman.
Son congruentes las declaraciones del presidente Alejandro Giammattei al decir que el Parlacen debe reformarse o cerrarse, para ahorrarse muchos millones, que esos fondos sean para construir escuelas, hospitales, terminar con la pobreza y evitar la emigración de millones de ciudadanos que, arriesgando su vida, buscan otros horizontes y el sueño americano. No es la primera vez que se pone en la mesa de discusión la inoperancia de ese organismo. El exaspirante Edmund Mulet en su campaña por la presidencia, no postuló candidatos para ese organismo, al decir que es ineficiente y que es un desgaste innecesario que cada país miembro elija a veinte representantes que se ganan un salario jugoso para holgar y no hacer nada productivo.
Se tendrá que denunciar el pacto para oficializar su desaparición, la que debe ser consensuada para que cobre vigencia, es lógico que no todos los países estarán de acuerdo, por los beneficios que perderían los expresidentes que han tenido el Parlacen, como muro de contención, al ser sindicados de acciones ilícitas a igual que varios diputados que como pago de favores los partidos apadrinan su candidatura, lo que debe terminar, porque no es lógico que una entidad haya nacido a la vida institucional de un país, por compromisos políticos, sin ninguna proyección para evitar los males que aquejan a millones de centroamericanos, que una pobreza irreversible y los obliga a emigrar para sobrevivir.
No es la primera vez que se discute la desaparición del Parlamento Centroamericano. Ahora pareciera que va en buen camino su extinción y habrá una oposición de aquellos políticos que sin pizca de vergüenza se opondrán. Al concluir el mandato de Jimmy Morales y de su segundo Jafeth Cabrera, valientes ciudadanos se apostaron en la sede de la entidad para impedir la juramentación de tales personajes que pasaron por una humillación y se libraron de ser agredidos. Morales en varias ocasiones fue sindicado de varios ilícitos, librándose de irse preso, al declararse que no había lugar -en aquel momento- de despojarlo de su inmunidad.
Sentenciaba irónicamente el presidente Giammattei, en un foro internacional que el Parlacen, más que un organismo de discusión era “un barlamento, para chupar” para políticos frustrados y no deja de tener razón el mandatario, por ser improductivo, sin ninguna visión futurista, pero sí para proteger a mafias de políticos deshonestos que no los quieren en sus países, como Guatemala. Si estamos equivocados quien se sienta aludido… que lance la primera piedra…