Ayer fue publicado un importante trabajo en el New York Times en el que se analiza la reacción mundial de las autoridades de cada país y se hace ver que hay una absoluta falta de congruencia porque no se está respondiendo a un plan. Explica el artículo que el ente rector de la salud en el mundo es la Organización Mundial de la Salud que hace quince años hizo una profunda revisión de las Regulaciones Internacionales en Salud, el marco de referencia mundial para reaccionar ante epidemias. Esa revisión surgió para corregir las fallas que se evidenciaron en la respuesta a la epidemia de SARS en el 2003, matando a varias personas y evidenciando terribles fallas en el manejo global del problema.

Se acordó que la Organización Mundial de la Salud funcionara como el centro coordinador en casos como el que ahora se vive en el mundo con el coronavirus o COVID-19 y partía de que los países notificarían a la OMS y compartieran información para ayudar a los científicos a manejar el tema y de esa forma coordinar los esfuerzos para contener el mal, declarar las emergencias y hacer recomendaciones globales. La regulación está en vigor y fue firmada por 196 países.

Sin embargo, cada país está reaccionando a su manera y la OMS estima que el cierre de fronteras no es la mejor reacción ante la crisis y que complica la situación por aumentar la sensación de pánico entre los habitantes de muchos países. El cierre de fronteras puede retrasar por unos días la aparición del virus en algún país, pero no sirve de nada ante un problema como el del coronavirus que se ha expandido tan rápidamente y en el que hay países que cierran fronteras sin saber que ya tienen el mal, porque no tienen suficientes mecanismos para hacer exámenes de las personas que puedan estar infectadas.

La OMS está llamando a la coordinación global para que se termine ese mal manejo basado en corazonadas que no guardan ninguna coordinación entre sí y que terminan siendo ilógicas. Se analiza, por ejemplo, el caso de Estados Unidos que prohíbe los viajes a y desde Europa, pero excluye a Gran Bretaña no obstante que en ese país hay condiciones similares a las de muchos países que entraron en la prohibición.

Es importante que las autoridades de salud de cada país coordinen con la OMS que ha recabado toda la información del problema desde su principio y tiene protocolos específicos no sólo respecto al trato de cada paciente sino a la mejor forma de contener la epidemia.

Redacción La Hora

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