Por ANDREW DALTON
LOS ÁNGELES
Agencia AP
La primera vez que Robert Durst fue enjuiciado por asesinato, declaró que había descuartizado el cadáver de su vecino, lo había colocado en bolsas de basura y lo había tirado al Golfo de México.
Pero fue absuelto y liberado: Un jurado de Texas aceptó en el 2003 su explicación de que Morris Black había fallecido durante una pelea en torno a un arma.
Ahora Durst será juzgado por el asesinato de su amiga Susan Berman ocurrido hace casi 20 años. Al comenzar el juicio hoy, los fiscales tendrán por delante una tarea más difícil todavía porque, a diferencia del juicio anterior, esta vez no hay evidencias físicas.
Los fiscales cuentan con una cantidad de evidencia circunstancial y esperan convencer al jurado de que Durst, un magnate del campo de bienes raíces de 76 años, ha estado burlándose de la justicia por años.
«No hay pruebas concretas que impliquen a Durst en el asesinato, excepto por una nota que recibió la policía y las declaraciones a veces incoherentes» del acusado, expresó Neama Rahmani, exfiscal y una de las fundadoras de Abogados Litigantes de la Costa Oeste (West Coast Trial Lawyers), que ha seguido de cerca el caso pero no está involucrada en él. «Los fiscales tienen una dura tarea».
Los fiscales dicen que Durst mató a Berman en el 2000 y a Black en el 2001 para encubrir su papel en la desaparición de su esposa Kathleen «Kathie» Durst en 1982. Durante 40 años se ha sospechado de él en conexión con esa desaparición, muy comentada por la prensa. La mujer ha sido dada por muerta por las autoridades a pesar de que no se ha encontrado su cadáver.
Los fiscales podrán presentar pruebas relacionadas con los tres casos en este juicio. Tratarán de demostrar que Durst mató a tiros a Berman, una escritora, hija de un mafioso, que fue su portavoz durante años, en su departamento de Beverly Hills, para evitar que hablase con la policía acerca de la desaparición de su esposa luego de que las autoridades reabriesen la investigación.
Los fiscales dicen en su presentación que Durst «ideó y llevó a la práctica un plan para encubrir el asesinato de su esposa, que terminó costándole la vida a otras dos personas».
«Básicamente, los fiscales volverán a juzgar la muerte de su esposa para tratar de fijar un motivo», dijo la veterana abogada defensora Lara Yeretsian, quien tampoco tiene papel alguno en el caso. «Es como si estuviesen juzgando dos asesinatos en un solo juicio».
Durst niega papel alguno en la desaparición de su esposa y afirma que no mató a Berman ni sabe quién lo hizo.
El fiscal John Lewin, a cargo del caso, presentará información que es de conocimiento público desde hace años por la cobertura periodística que recibió el caso, que también fue el tema de la película «All Good Things» (Crimen en familia), del 2010, con Ryan Gosling y Kirsten Dunst, y de un documental por entregas de HBO del 2015, que incluyó comentarios comprometedores de Durst sin saber que lo estaban grabando antes del último episodio. Esos comentarios motivaron su arresto.
«¿Qué hice? Los maté a todos, desde ya», se escucha murmurar a Durst en el documental.
Los abogados defensores de Durst sostienen que su cliente fue calumniado a partir de una edición engañosa de sus comentarios, pero los fiscales dicen que son una confesión. Es previsible que los jurados vean una versión sin editar de la grabación difundida en el documental «The Jinx» (La maldición).
Los fiscales dicen que Durst «confesó haber matado a varias personas» antes de la transmisión del último episodio, «en el que por primera vez iba a ver pruebas muy comprometedoras». Soltó sus palabras sin saber que había un micrófono alrededor.
En la escena del crimen de Berman no se hallaron huellas dactilares, muestras de ADN ni un arma asesina. La prueba física más contundente es probablemente un papel con la palabra «CADÁVER» que Durst les mandó a las autoridades, aparentemente para que encontrasen el cadáver.
Los abogados de Durst admitieron que fue él quien escribió la nota, algo que Durst negó por años.
La defensa se propone hacer hincapié en la falta de pruebas.
«Nuestra defensa es: Primero, que él no lo hizo y segundo que no pueden demostrar nada más allá de toda duda razonable», comentó el abogado defensor David Chesnoff. «Hay evidencia muy circunstancial y nosotros ofreceremos explicaciones sólidas».
Rahmani dijo que a veces a los jurados les cuesta digerir las pruebas circunstanciales.
«Les resulta difícil hallar culpable a una persona más allá de toda duda razonable si no hay pruebas físicas».
Los fiscales mencionarán asimismo que un individuo afirma que Durst le dijo que había matado a Berman y otros aseguran que Berman les había dicho que Durst le había confesado que había matado a su esposa.