Para el gravísimo mal que sufre nuestro Sistema de Justicia no hay, de momento, cura posible porque la forma en que se conformaron los listados es tan amañada que el resultado, los listados mismos, es simple y sencillamente producto de la esforzada labor de los operadores que metieron sus manos en las comisiones de postulación, que fueron entrevistando y comprometiendo a los aspirantes y que lograron orquestar la aplanadora en el Congreso que encabeza gustoso el oficialismo y que se consideró piedra angular para el proyecto supremo que era el de elegir los magistrados de Salas de Apelaciones, de la Corte Suprema de Justicia y del TSE para garantizar sin lugar a dudas la impunidad.
Los primeros para que fueran resolviendo los casos que se abrieron desde el 2015 y envíen de vuelta a sus casas, y a gozar de las fortunas mal habidas, a los pícaros que han saqueado al país. Los segundos para que cumplan con colocar en las Salas correspondientes a los más comprometidos y para resolver, en última instancia, si algo se entrampa en alguna de las Cortes menores. Y los del TSE para que operen de manera que subsista el poder político actual, sin reformas que toquen el tema del financiamiento, de manera que los mismos sigan siendo los que legislan y de esa cuenta asegurar que siempre habrá una aplanadora como la que logró armar Gustavo Alejos en este Congreso.
Por ello es que hay tantos que van a las radios a decir que no hay otro remedio que elegir ya a los magistrados dentro de los listados que tiene el Congreso. Por supuesto que les urge para asegurar impunidad, aunque tengan que decir que después de la elección hay que revisar el procedimiento, sabiendo que en esas condiciones la gente no volverá a pensar en el asunto sino hasta dentro de cinco años.
Suspender la elección es indispensable porque está probado cómo se armaron los listados con gente comprometida con la impunidad y porque la mayoría en el Congreso resultó como parte de la misma jugada. Por ello es que es indispensable resolver el Amparo interpuesto por el menos pensado de los actores, el Ministerio Público de Consuelo Porras, y se debe forzar al cambio del sistema para designar a los magistrados, forzando a una profunda reforma legal para diseñar un nuevo marco en el que no se puedan ejecutar con tanta facilidad las mañas. Elegir magistrados dentro de esos listados sería un crimen de lesa patria tras las pruebas aportadas por la FECI.