Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Para entender las cosas en su justa dimensión, es bien importante hacer ver que a pesar de todo el “camote” en el que está metido Gustavo Alejos, bastaría que una Sala revoque la decisión de la jueza Ericka Aifán y le otorgue de nuevo una medida sustitutiva (como ya ha pasado antes) o peor aún, le quiten el delito de evasión y a eso le apuesta la pieza de la alianza oficialista.
Por eso es que la operación para incidir en las Cortes que se deberán elegir este año es bestial porque muchos sindicados (desde los más chorreados hasta los más copetudos) saben que en las Salas está la clave y por eso es que algunos salieron a decir que era importante seguir con el proceso en el mismo día en el que se presentaron las evidencias de la manipulación de Alejos y Cía.
Esta elección de Cortes no es como la del 2009, ni como la del 2014 porque en ninguna de esas dos se había levantado la alfombra (del 2015 a la fecha) para ver el nivel de podredumbre de nuestro sistema. Sabíamos que era cooptado y hasta asqueroso, pero no habíamos podido ver las escandalosas raíces de descomposición que nos aquejan y que hacen necesarias las reformas a las que, al día de hoy, muchos siguen buscando qué excusas meten para que no se den.
Por si las Cortes no son suficientes, ayer publicamos una nota que recoge al menos tres testimonios de personas a las que se les dijo que para incrementar su chance de ser electos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debían platicar con Gustavo Alejos porque además él tenía una buena relación con Estuardo Gálvez, de quien un su allegado dijo que tenía votos suficientes en la comisión de postulación.
A los pedidos de reforma que se han iniciado en los últimos días, ayer Consuelo Porras dio un golpe que generó desconsuelo en aquellos que han querido apuntalar una elección amañada. El Ministerio Público (MP) presentó una acción de amparo con la que buscan que no se vulneren los derechos de la población y se garantice tener una justicia como lo manda la Constitución.
A las 14 horas con 24 minutos el MP publicó el comunicado por el que anunciaban la presentación del recurso y para no dejar duda, a las 19:00 publicaron otro que textualmente decía: “Con la acción de amparo se pretende no llevar a cabo la elección de Magistrados de Sala de Apelaciones y Tribunales de igual categoría y CSJ, a efecto SE REPITA TODO El PROCESO de elección de dichas Cortes, para una garantía de la administración de justicia independiente.”.
Con la acción de amparo se pretende no llevar a cabo la elección de Magistrados de Sala de Apelaciones y Tribunales de igual categoría y CSJ, a efecto SE REPITA TODO El PROCESO de elección de dichas Cortes, para una garantía de la administración de justicia independiente. https://t.co/oKudoyGEr2
— MP de Guatemala (@MPguatemala) February 25, 2020
Además, el MP estableció en su comunicado: “De tal cuenta, se considera urgente e imprescindible emprender un proceso de reforma profunda al sistema de administración de justicia del país, la cual dé una respuesta efectiva a las necesidades de la población, en observancia de la ley y los principios éticos y probos de la función pública.”.
Y en esto está la clave. Más allá de las diferencias que se han tenido con el MP y el papel que ha jugado Consuelo Porras, en esto estamos de acuerdo y siempre he dicho que una de las necesidades que tenemos aquellos que deseamos cambios, es poder centrarnos en mínimos que nos permitan trabajar sobre una agenda.
El MP dio el paso al frente y es momento que la ciudadanía respalde esta postura. Porras dio un paso en el sentido correcto al distanciarse de las mafias que desean elegir Cortes a como dé lugar y la faena no puede quedarse en la orilla.
Como bien dijo Luis Fernández, la Corte de Constitucionalidad (CC) habría de resolver apegada a sus pasadas resoluciones y cuando se pronuncie, debemos cerrar filas para acatar y trabajar de la mano para enderezar el barco, consensuar las reformas y asegurarnos que NUNCA MÁS UNA JUSTICIA COOPTADA, UN SISTEMA SECUESTRADO.
Luego de eso, sí invitemos a los buenos para que pasen a servir al país sin que deban ser los malos y las mafias, los que los elijan. “SÍ SE PUEDE”.