Walter Juárez Estrada
En la práctica se ha abusado que las partes recurran a la vía jurisdiccional, cuando los fallos del Tribunal Supremo Electoral, le son adversos y no se resuelven en los tiempos que regula la ley de la materia, por lo que ahora que pugna por reformar la obsoleta Ley Electoral y de Partidos Políticos, en discusión de varios sectores y se plasme para que prevalezca la “Supremacía Electoral” en todas las acciones de cualquier naturaleza que se promuevan en el máximo Órgano Electoral, para darle vida a la idea del legislador que plasmó en la ley de la materia “Supremacía”, cuando se recurre a otras entidades de otra naturaleza, se echa por la barda la Supremacía”.
La palabra supremo si nos vamos a la letra muerta dice… “Que es muy alto, no tiene superior…el momento. Yo lo hubiese hecho magistrado, presidente del Supremo…” Se subraya con precisión. Es decir, que aquí no hay quien se pierda, pero los sujetos procesales cuando las providencias que profiere el Tribunal Supremo Electoral, sea una votación adversa, por la cancelación de una entidad de derecho, hacen mala interpretación a lo que regula la Supremacía Electoral, como ha quedado plasmado, por lo que ahora que se habla sobre una reforma a fondo de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, se apruebe dicha supremacía, como lo aseguró el legislador y se cumpla efectivamente con lo que la ley indica.
Los nuevos magistrados del Tribunal Supremo Electoral, que deben asumir la responsabilidad para dirigir la entidad en una nómina cuestionada porque hubo una injerencia a ultranza del exrector Gálvez Barrios, para escoger a sus allegados, deben distanciarse por hechos mezquinos, pero la responsabilidad de la elección recae en los diputados, actuar con apego a la realidad para que el órgano electoral, cumpla con las normas y las leyes y no se repitan en un futuro proceso comicial, los errores que se dieron en los pasados comicios que impidió el derecho a aspirantes presidenciales, su derecho de postulación y hubo desorden en la manipulación de votos en las computadoras que no fueron aclaradas y que dio origen a la remoción de los encargados de informática.
Las reformas deben ser de fondo y acuñarse a la época. Si bien es cierto que la ley relacionada a tenidas reformas, éstas han originado discordia en algunos sectores, como el reciente proceso que tachó la participación de aspirantes presidenciales sin mayores argumentos y se marginó a medios para pautar que dio origen a acciones contra las autoridades electorales, resolución que es esperada por los accionantes.
Es saludable la reforma, pero deben evitarse los errores del pasado, para que la cirugía que se va a hacer sea en beneficio de toda la población para que en los próximos eventos se acuda masivamente a votar y se reitera que se le debe dar vida a la Supremacía y que las partes y litigantes sustancien sus inconformidades en el órgano electoral y se cumpla la “Supremacía” que dejó plasmada el legislador.