Dra. Gabriela Marroquín de Matta

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Dra. Gabriela Marroquín de Matta

Toda la sociedad quiere cambios, y tendemos a quererlos y esperarlos sin hacer mayor cosa para colaborar en algo para generar esos cambios que deseamos, pero que empiezan por cambiar nosotros mismos.

¿Cómo se puede empezar para lograr algún cambio? Considero que la parte más importante es conocerse a uno mismo, pues es el primer paso para saber con qué fortalezas se cuentan y cuáles son las áreas de mejora, las debilidades, aspectos que generalmente resultan difíciles de reconocer.

El autoconocimiento y la autoconsciencia son los primeros pasos para saber con qué recursos cuenta la persona en su interior, aprender a reconocer el propio nivel de inteligencia emocional, saber cuáles son los puntos más débiles y además conocer y validar personalmente las capacidades y cualidades que hace única a la persona y también las capacidades que se pueden potenciar más.

Estos dos procesos no son fáciles, pero si no entendemos que el cambio se genera a partir de cada individuo nunca podremos gestionar este en nada ni en nadie más. Muchas veces resulta más fácil señalar e identificar los cambios que se consideran necesarios en alguien o algo más, sobre todo los que son ajenos a la privacidad e intimidad personal. Sólo uno mismo es capaz de saber qué es lo que verdaderamente se tiene que cambiar ya sea porque se siente la necesidad de hacerlo, o porque nos limita o, también porque se reconoce que si se procura se pueden lograr diferentes cosas y avanzar. Las personas en general caemos mucho en las suposiciones y en las sugerencias. Proponemos y sugerimos cambios a otras personas, pero no llevamos el proceso sano del cambio que empieza por uno mismo.

Un cambio a largo plazo en la vida de cada individuo resulta más fácil pensarlo que ejecutarlo, pero si hay capacidad de identificar lo que se quiere cambiar y lograr, a donde se quisiera llegar, seguro se puede hacer un plan para lograrlo. Trabajar por un cambio genera emociones y situaciones que lo llevan a uno a conocer mucho de su interior y a sentir y ver la realidad desde otro punto de vista. Tener la satisfacción personal e interior de lograr un cambio por beneficio personal es algo que no tiene precio, resulta ser una motivación como pocas. Esto se logra mantener si además de ejecutar el plan y el proceso se mantiene una verdadera y genuina autoconciencia para saber siempre qué es lo que hago o dejo de hacer para llegar a donde me propuse, a donde quiero.

Cambiar no es fácil. Las verdaderas transformaciones a todo nivel llevan un proceso genuino y largo para poder hacer un hábito y mantenerse en lo que se desea. Para empezar, se debe identificar lo que se desea cambiar y la única forma de saberlo es tener una verdadera autoconsciencia.

¿Quiero cambios en mi sociedad? Si, quisiera que todo fuera diferente y quisiera poder lograr que cada vez más personas se unan al fenómeno de cambio personal e individual para empezar con lo más valioso e importante. Que todas las personas que gestionan cambios personales puedan ser influencia positiva en la sociedad para generar un efecto dominó y así empezar a ver cambios genuinos y desde el origen correcto para que sean duraderos, reales y efectivos.

Nuestras actitudes reproducen muchos de los vicios que deben cambiar en el país, pero hay que empezar por dejar de actuar “como todos”, replicando en cosas pequeñas lo que, sumado, es el desbarajuste social.

Los invito a que empecemos a dedicarnos tiempo a nosotros mismos, para poder lograr el autoconocimiento y la autoconsciencia lo que puede ser el primer paso para empezar a sentir la verdadera diferencia.

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