El presidente ruso, Vladimir Putin, habla durante una reunión con estudiantes e investigadores en una escuela tecnológica en Cherepovets, Rusia. FOTO LA HORA/AP/MIKHAIL KLIMENTYEV/SPUTNIK/FOTOGRAFÍA POOL DEL KREMLIN.

Por VLADIMIR ISACHENKOV
MOSCÚ
Agencia AP

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que el referendo nacional sobre los cambios constitucionales que propuso no se utilizará para prorrogar su mandato actual, pero guarda silencio sobre sus planes políticos para el futuro.

Los críticos del Kremlin creen que las enmiendas de Putin forman parte de sus intentos por mantenerse al mando después de que expire su presidencia en 2024. Sin embargo, los cambios propuestos no dejan claro exactamente cómo podría hacerlo.

Cuando se le preguntó en una reunión con estudiantes y profesores si el referendo podría usarse para extender directamente su mandato, Putin dijo que él no quiere eso.

«No lo propuse para extender mi autoridad», dijo Putin. «La elección del jefe de Estado debe realizarse sobre una base competitiva».

Los observadores han conjeturado que una vez que su mandato expire, Putin podría usar las enmiendas para seguir tomando decisiones como jefe del Consejo de Estado o como primer ministro. El primer puesto, sin embargo, aún está por definir y el segundo está subordinado a la presidencia, por lo que es poco probable que Putin lo quiera para sí mismo.

No ha quedado claro por qué el líder ruso se ha estado apresurando para promover cambios constitucionales cuando le faltan cuatro años para que finalice su mandato.

El exagente de la KGB tiene 67 años y ha gobernado Rusia durante más de 20 años, el tiempo más largo desde el líder soviético Joseph Stalin. Putin prefiere mantener sus planes en secreto hasta el momento final.

El mandatario ruso ha argumentado que los cambios en la constitución, que propuso en un discurso sobre el estado de la nación el 15 de enero, buscan impulsar los poderes del Parlamento y fortalecer la democracia, pero las propuestas también mantienen e incluso fortalecen los poderes presidenciales, algo que Putin describió como imprescindible para Rusia.

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