Por FRANKLIN BRICEÑO
LIMA
Agencia AP
Keiko Fujimori, la otrora mujer más poderosa de Perú, volverá a la cárcel por 15 meses mientras es investigada por presunto lavado de dinero de la constructora brasileña Odebrecht.
Es la segunda vez que la política derechista va a prisión. La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) estuvo presa 13 meses en una cárcel para mujeres de Lima y fue liberada en noviembre por decisión del Tribunal Constitucional.
La decisión de que vuelva a prisión, tomada por el magistrado Víctor Zúñiga, llega en el peor momento para el partido Fuerza Popular porque mantendrá a su lideresa en prisión hasta el 27 de abril de 2021, después de los comicios presidenciales del próximo año, y en medio de la mayor crisis política de esa agrupación.
Fujimori dijo en un video difundido en su cuenta de Facebook que la decisión judicial era una «venganza» del gobierno del presidente Martín Vizcarra para «concentrar todo el poder».
El fiscal José Pérez mostró nuevas pruebas durante las 11 sesiones judiciales previas. Entre ellas, una lista de 53 aportantes falsos a través de quienes Fujimori habría ocultado el dinero recibido de empresarios peruanos y de Odebrecht para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016.
El juez Zúñiga indicó durante la lectura de su decisión que existe la «grave sospecha» de que Fujimori conoció y ordenó ocultar el dinero sucio recibido de Odebrecht y de otros empresarios.
Fujimori llegó a la sesión judicial poco antes de que el juez ordenara su detención. Antes de ir a la cárcel abrazó a su marido Mark Villanella y luego fue llevada de los brazos por la policía.
Tras salir de la cárcel en noviembre, Keiko, de 44 años, anunció que tomaría una pausa en sus actividades políticas para estar con sus dos hijas y su esposo.
Sus enredos judiciales diluyeron el enorme poder político que alcanzó en 2016, año en que su partido -Fuerza Popular- obtuvo 73 sillas en el Parlamento unicameral de 130 congresistas. Su poder obstruyó la gestión del entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski, pero la aparición del caso Odebrecht y el trabajo de un grupo de fiscales la fue doblegando.
Keiko Fujimori recibe la decisión judicial con un partido político debilitado y castigado por los electores.
El Congreso fue disuelto en septiembre por el presidente Vizcarra y en la reciente elección legislativa los cálculos auguran que Fuerza Popular apenas lograría 12 escaños.
La investigación del caso Odebrecht se han convertido en el golpe más fuerte a la clase política que ha gobernado el país sudamericano por casi cuatro décadas.
En el hemisferio occidental Perú es el único país que ha visto cómo sus cuatro últimos presidentes han sido enjuiciados. Un exmandatario está preso en Estados Unidos mientras se tramita su extradición, otro se suicidó antes de ser detenido, un tercero salió de la cárcel y espera un juicio en el que podría recibir hasta 25 años de prisión, mientras que el cuarto se encuentra bajo arresto domiciliario.