Danilo Santos

dalekos.santos@gmail.com

Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos
Politólogo
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Si al delirante discurso de toma de posesión del presidente Giammattei le sumamos el del nuevo presidente de la Junta Directiva del Congreso de la República y la manera en que se desarrolló la primera sesión en la que este resultó electo, tenemos un marco de referencia de lo que será el próximo gobierno.

Este operador sí sabe a lo que viene, no como el anterior. Ya entregó una propuesta de ley para declarar terroristas a las maras y pandillas, y estrenó su primera semana de gobierno con un estado de Prevención en dos municipios del departamento de Guatemala. Propuso, a gritos, que nos unamos. Y luego, su discurso estuvo lleno de lugares comunes propios de un demagogo más que de un estadista. Pareciera ser que el metamensaje del ahora Presidente es “o se unen o se joden”.

Se avizora un carácter irascible y la mecha muy, pero muy corta. Poca tolerancia a lo que no esté alineado con sus ideas y obturación total con posturas que defiendan derechos, especialmente los humanos. El guion en cuanto a economía y el papel del Estado respecto a la seguridad no difiere mucho respecto a su predecesor, la diferencia es que el actual Presidente no es un “outsider” de la clase política, las élites lo conocen mejor que al patético Jimmy Morales y por eso es que actúa tan rápidamente; tiene claro lo que le han pedido hacer y sabe cómo hacerlo.

A mí me preocupa que ese perfil autócrata que le imprimieron al gobierno anterior los afectados por la CICIG, continúe y se fortalezca. Porque por mucho que se hable de democracia, leyes y gobierno, los corruptos y mafiosos están haciendo con Guatemala lo que les da la gana.

Gobernante que inicia pidiendo a gritos que dejemos de ver hacia atrás y que ya de una vez por todas nos unamos, no hace más que levantar sospechas. Si en lugar de exaltarse explicara cómo cree que podemos unirnos, tendría una oportunidad. Pero al ser una orden vociferante, ese fin pierde contenido y deja ver la desesperación por establecer orden y control.

La pinza se cierra en el Congreso cuando demuestran las alianzas que han hecho los diputados y diputadas de la mayoría de las bancadas, optaron por seguir el patrón que se le marco al anterior legislativo y dejaron al guardián de sus intereses dentro de la Junta Directiva.

Tanto el presidente Giammattei como quienes se alían en el Congreso de la República se olvidan de que toda vez hayan servido a las élites serán olvidados y dejados a su suerte; ejemplo de ello son el propio expresidente del Ejecutivo y diputados y diputadas capturados o con orden de captura.

Podrán aprovecharse momentáneamente del hambre por paz y justicia que la población, haciéndola creer en un primer momento que hay esperanza con el nuevo gobierno, pero si continúan con lo que iniciaron cuando decidieron ejecutar el plan para echar a la CICIG de Guatemala, lo único que obtendrán es sepultar el ya fracasado sistema político guatemalteco.

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