Por LISA MASCARO
WASHINGTON
Agencia AP
El Senado de Estados Unidos inició el juicio político contra el presidente Donald Trump ayer con una ceremonia tranquila que incluyó a los senadores que juraron impartir «justicia imparcial» como jurados, a los fiscales de la Cámara de Representantes que leyeron formalmente los cargos y al magistrado presidente de la Corte Suprema John Roberts que presidió la sesión.
El juicio –apenas el tercero de su tipo en la historia estadounidense– se desarrolla al comienzo de un año electoral, una época de profundas divisiones políticas en el país. Cuatro de los senadores que estarán presentes en el proceso contra Trump buscan postularse para la presidencia por el Partido Demócrata y enfrentarse al mandatario en los comicios programados para noviembre.
«¡Atención, prestad atención!», dijo el sargento de armas del Senado cuando dispuso al mediodía el inicio de los procedimientos.
Los senadores llenaron la Cámara, una imagen poco común, ocuparon sus lugares en silencio bajo estrictas reglas que les prohíben utilizar sus teléfonos, para un juicio que no sólo pondrá a prueba la presidencia de Trump, sino también a los tres poderes del Estado y a su sistema de controles y contrapesos.
De acuerdo con la Constitución, el Ministro Presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos debe presidir el juicio político. Roberts, que tan sólo tuvo que cruzar la calle para llegar al Capitolio, ha insistido desde hace tiempo en que los jueces son apolíticos y se prevé que funja como un árbitro en el procedimiento. Los senadores se levantaron rápidamente cuando apareció con su túnica negra.
«Todos los senadores pónganse de pie, permanezcan de pie y levanten la mano derecha», indicó Roberts.
«¿Juran solemnemente que, en todas las cosas relacionadas con el juicio político contra Donald John Trump, presidente de Estados Unidos, pendiente de resolución, harán justicia imparcial de acuerdo con la Constitución y las leyes, si es así, que Dios los ayude?»
Los senadores respondieron desde sus bancas y después fueron llamados a firmar el libro de juramento.
Trump enfrenta dos cargos luego de que la Cámara de Representantes votó a favor de someterlo a un juicio político el mes pasado. Uno de los cargos alega que abusó de su poder presidencial cuando apremió a Ucrania para que investigara al exvicepresidente Joe Biden, utilizando la ayuda militar del país como palanca. El mandatario también fue acusado de obstruir la subsiguiente investigación del Congreso.
El Presidente insiste en que no hizo nada malo, y volvió a criticar el juicio de ayer en la Casa Blanca. «Es totalmente partidista. Es una farsa», aseveró.
Se prevé que el Senado, de mayoría republicana, lo absuelva. Sin embargo, se están acumulando nuevas revelaciones sobre las acciones de Trump respecto a Ucrania.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos dijo ayer que la Casa Blanca violó la ley federal cuando retuvo la asistencia para Ucrania.
Al mismo tiempo, Lev Parnas, socio del abogado personal de Trump Rudy Giuliani que también fue acusado, ha entregado a los fiscales nuevos documentos que vinculan al Presidente con un canal secundario de política exterior que fue orquestado por Giuliani.
Los acontecimientos aplicaron más presión a los senadores para que llamen a nuevos testigos para el juicio, una cuestión en disputa que todavía debe resolverse. La Casa Blanca ha instruido a los funcionarios a no cumplir con las órdenes de comparecencia emitidas por el Congreso que solicitan testimonio u otro tipo de información.
«¿Qué esconde el presidente? ¿A qué le tiene miedo?», cuestionó el líder de la minoría en el Senado Chuck Schumer.
«La gravedad de estos cargos es evidente», señaló. «La Cámara de Representantes ha acusado al presidente de tratar de extorsionar a un líder extranjero para obtener una ganancia personal».
La presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi dijo que la nueva información entregada por Parnas requiere una investigación, que no espera por parte del secretario de Justicia de Trump. «Este es un ejemplo de todos los cómplices de Trump y espero que los senadores no se conviertan en cómplices del presidente».
Antes de la toma de juramento, los demócratas de la Cámara de Representantes que fungirán como fiscales se colocaron de pie ante el pleno del Senado y uno de ellos, el representante Adam Schiff, de la Comisión de Inteligencia, leyó formalmente los artículos de juicio político.
Siete representantes que actuarán como fiscales, encabezados por Schiff y Jerrold Nadler, de la Comisión de Asuntos Jurídicos, hicieron por segundo día el recorrido solemne por el Capitolio.
Toda la atención estaba enfocada en Schiff, mientras se encontraba en el podio ubicado en la parte central de la cámara, un espacio habitualmente reservado para senadores.
«La Cámara de Representantes dispuso en su resolución 755 someter a juicio político a Donald John Trump, presidente de Estados Unidos, por delitos y faltas graves», afirmó Schiff al dar inicio a la lectura de nueve páginas.
Los otros representantes permanecieron de pie en una fila a su lado.