Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

Hace tan sólo cuatro años, a estas alturas de los primeros días de enero, la sociedad guatemalteca confiaba con esperanza, que el cambio de gobierno significaría una transformación en el rumbo de los destinos del país. Más aún cuando luego de cinco meses de movilización social y popular, se exigía y demandaba cambios profundos para erradicar los históricos males que se fundamentan en la corrupción y la impunidad. Hoy 10 de enero de 2020 la mayoría de esta misma sociedad comprueba que del diente al labio hay una brecha muy grande, llamada traición, en tanto que un mal comediante les hubiera vendido el slogan de “ni corrupto ni ladrón”.

Luego de cuatro años de estar en lucha por una sociedad menos corrupta, más pacífica e incluyente, no podemos replicar el error cometido en 2016. No podemos dar el beneficio de la duda al gobierno dirigido por el doctor Alejandro Giammattei, porque tuvo ya seis meses de intercambio para planificación conjunto con el FCN-Nación en torno a la política pública a partir de 2012. No podemos darle el beneficio de la duda, porque esta ya se disipó cuando el militar retirado Roy Dedet anunció su Gabinete de seguridad cooptado por personas que provienen del Ejército de Guatemala. No hay duda del corte empresarial del próximo gobierno cuando este ha anunciado un seguro de salud privado para estudiantes escolares.

Sin embargo, el doctor Giammattei tiene la oportunidad histórica de ganarse nuestra confianza, la oportunidad de ganarse el beneficio de la duda si aceptase unirse valientemente a la histórica lucha en contra de la corrupción en el país. Esto se mostraría a través de acciones concretas mediantes las cuales puede demostrar que él es uno de los buenos y que en efecto somos más. Para ello su bancada tendrá que demostrar que no entrará en componendas con el Pacto de Corruptos, respetará el voto popular en la participación de todas las candidaturas ganadas por la oposición e incluso resistirá a componendas sucias en la conformación de la junta directiva del Organismo Legislativo. Su bondad se manifestará cuando instale acciones decididas por la lucha en contra de la corrupción que replican las acciones efectivas realizadas por la CICIG y superen las debilidades que pudieran haberse cometido en el pasado.

Podrá ganarse la buena voluntad del chapinismo y su beneficio de la duda cuando designe a funcionarios probos en instancias clave para el cumplimiento de la ley y la garantía de los derechos de absolutamente toda la población guatemalteca. El Gabinete de gobierno entrante merecerá nuestra confianza cuando denuncie todos aquellos actos de corrupción ejercidos durante el actual período de gobierno. De lo contrario no estamos más que frente a la figura de un comediante más, que se vende al mejor postor y entrega al país a los intereses de empresas foráneas. Así que usted podrá elegir entre la dignidad o entre ser quien defiende los intereses de la corrupción, la violencia y la impunidad.

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