Jeanine Áñez, al centro, luce la banda presidencial y exhibe una Biblia desde el balcón del Palacio Quemado en La Paz, Bolivia. FOTO LA HORA/AP/JUAN KARITA.

Por JOSHUA GOODMAN
MIAMI
Agencia AP

El gobierno del presidente Donald Trump decidió enviar esta semana un equipo de valoración a Bolivia para sondear una posible reanudación de la asistencia estadounidense al país andino tras la destitución del líder izquierdista Evo Morales, dijeron ayer dos personas enteradas de la visita.

La misión organizada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), la rama del Departamento de Estado para el desarrollo, busca ayudar al gobierno interino de Bolivia a organizar las elecciones presidenciales el 3 de mayo esperando que pongan fin a meses de agitación política en el país tras los comicios del año pasado tachados de fraudulentos por observadores.

La misión también examinará áreas de cooperación a largo plazo, según ambas fuentes, que solicitaron el anonimato porque la misión no ha sido anunciada aún.

Morales expulsó a la USAID de Bolivia en 2013 acusándola de intromisión política por apoyar a grupos y gobiernos locales de oposición.

La presidenta interina Jeanine Áñez ha impulsado una campaña contra las políticas que Morales, el primer presidente indígena de la nación, puso en marcha durante los casi 14 años de su régimen izquierdista. Áñez considera mejorar las relaciones con Estados Unidos y adoptar una línea dura contra los cocaleros.

Sin embargo, los detractores afirman que Áñez se ha extralimitado en su mandato provisional, y que Estados Unidos debería tener cautela en apoyar al gobierno interino al que se acusa de perseguir selectivamente a aliados de Morales, que aún conservan gran poder político, no obstante su exilio en la vecina Argentina.

«El gobierno de Trump ha tomado bando claramente», dijo Kathryun Ledebur, de la organización sin fines de lucro Red Andina de Información, en Bolivia. «Pero también debería señalar las preocupaciones por las violaciones a los derechos humanos y la erosión de los derechos democráticos».

La Casa Blanca anunció el lunes que decidió levantar una prohibición impuesta hace tiempo a la asistencia estadounidense para Bolivia por no cooperar en sus acciones antinarcóticos.

Estados Unidos canceló a Bolivia la certificación de socio en la lucha antinarcóticos después de que, en 2008, Morales —exdirigente cocalero— expulsara al entonces embajador estadounidense Phil Goldberg y a la DEA. Sin embargo, gracias a una dispensa que duró años se permitió la continuación de la asistencia.

Esta semana, el gobierno de Trump restituyó una dispensa que permitirá reanudar la ayuda a la nación andina argumentando que es «vital para el interés nacional de Estados Unidos».

Antes de que Morales llegara al poder, el país había recibido una asistencia económica y de seguridad de más de 150 millones de dólares, gran parte de la cual se centró en programas antinarcóticos.

La asistencia disminuyó a unos 100 millones de dólares en 2008 y a 28 millones en 2012.

Cuando Morales expulsó a la USAID un año después, la agencia dijo que sus programas ayudaban a decenas de miles de bolivianos, en particular niños y madres primerizas en zonas rurales que se habían beneficiado de servicios de salud, nutricionales, de vacunación y reproductivos.

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