POR ASTRID GALVAN /AP
PHOENIX
María es la única familiar viva de una niña de 6 años a la que crió como si fuera su propia hija. Después de que una pandilla asesinara a todos sus parientes, trajo a su sobrina a Estados Unidos para solicitar asilo. Sin embargo, el gobierno le quitó a la niña y la envió a un albergue a más de 3 mil 200 kilómetros (2 mil millas) de distancia porque ella no es la madre biológica.
El caso pone de relieve la práctica actual del gobierno de separar a familias cuando el adulto no es alguno de los padres ni el tutor legal del menor con el que viajan. Lo anterior significa que tías, abuelas y hermanos mayores son separados cuando llegan a Estados Unidos y a menudo enviados a lugares muy distantes.
En el caso de María, de 23 años, las autoridades en la frontera la entregaron al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) después que se presentó en un cruce fronterizo oficial en marzo para solicitar asilo. The Associated Press no revela el apellido de María a petición expresa porque teme por su seguridad.
María había criado a su sobrina desde que la menor era una bebé después de que la madre fuera asesinada, según activistas. La niña se encuentra en un albergue para menores inmigrantes en Nueva York, y ambas conversan brevemente por teléfono aproximadamente una vez a la semana.
Pandilleros en Guatemala asesinaron a los padres, la hermana y la pareja de la mujer.
La abogada de María, Suzannah Maclay, dijo que a su clienta le negaron una entrevista de miedo creíble, el primer paso para solicitar asilo. El ICE también le rechazó tres solicitudes para que la dejaran libre mientras se resuelve su proceso de inmigración, que está en apelación, señaló Maclay.
El ICE puede liberar a discreción a inmigrantes mientras sus casos se ventilan en los tribunales, pero declinó dejar en libertad a la guatemalteca.
En un comunicado, el ICE afirmó que María está detenida «a la espera del resultado de su apelación» contra la orden de deportación emitida por un juez el 4 de septiembre.
Maclay señaló que la agencia no ha indicado por qué no liberó a María.
Legisladores demócratas y activistas están presionando a la agencia para que libere a la mujer guatemalteca y confían en atraer atención al caso.
«A los 17 años, María se convirtió en la única persona que se encargaba de la hija de su hermana, a la que ha criado como propia desde entonces. María es la única madre que (la niña) ha conocido», dijo la legisladora Kelly Butler, que organizó ayer una conferencia de prensa para atraer la atención al caso.
El año pasado, el gobierno separó a 5 mil 400 niños de sus padres en la frontera sur para tratar de contener la inmigración legal e ilegal. La práctica fue condenada a nivel mundial y cesó en la mayoría de los casos, pero las autoridades fronterizas continúan separando a familias si un menor viaja con un pariente que no sea alguno de los progenitores, o si el progenitor tiene antecedentes delictivos, por leves que sean.
El gobierno señaló que está obligado a esta práctica para proteger a los menores de adultos que se hacen pasar por sus padres o de progenitores no aptos.